Me encuentro trabajando como cualquier otro día y sin poder contenerme observo cada cierto tiempo esas cámaras que enfocan a mi asistente, quien luce tan indiferente desde nuestra última discusión.
Lanzo un quejido de frustración y aparto mi mirada de ella, esa mujer tiene la capacidad de provocar un sinfín de sentimientos en mí, tanto buenos como malos. Cierro los ojos y recargo mi cabeza en el respaldo de mi silla para sacar su imagen de mi cabeza, incluso he llegado a la conclusión de que me hace falta alejarme de ella durante algunos días.
Justo cuando estoy por pedirle que venga a mi oficina para informarle mi decisión de que me tomaré unos días, la puerta de mi oficina se abre con un gran estrépito y cuando por fin me percato de la rubia que me observa con los ojos anegados en lágrimas me quedo sin habla.
Detallo su rostro por algunos segundos y sin saber la razón de mis actos permito que hable conmigo, creo que en el fondo necesito una explicación de su abandono hace ya tanto