—¿Estás segura que esa camioneta es propiedad de Ignacio Longwoth?
Clarisse ayudó a Ariadne a sentarse en una banca que estaba en una acera. Ella estaba con una expresión incredula por lo que recién había sucedido y el cómo se había salvado de manera milagrosa.
—Yo ese tipo de camionetas se las he visto a él.— Contestó Ariadne, —Solamente él tiene acceso a marcas de camionetas tan costosas.
—¿Quieres poner la denuncia? Podemos ir ahora mismo a la comisaría.
—No, ¿Para qué? Ignacio Longwoth es demasiado poderoso y seguramente esos policías dirán que no hubo nada grave y que la denuncia es innecesaria.
—Yo puedo hablarle a Esteban para que...
—No te preocupes. Todo va a estar bien.
Ariadne comenzó a caminar para retomar su camino directo a sus clases de enfermería. Ya se había retrasado cinco minutos y eso no la ayudaba en nada. Clarisse iba a su lado en silencio, tampoco la quería forzar a hacer algo que no quería.
—¿Te encuentras bien? Ariadne te noto preocupada.
—Siento que todo el m