Sus ojos se topan directamente con los míos, casi podría jurar que están al salir chispas de ellos, hay algo ardiendo en su mirada.
- Solo dime lo que necesitas, linda, será un placer para mí ayudarte
Continúa tentándome con esa voz seductora, baja, suave y con un toque de gruñido. Me veo obligada a recordarme que debo respirar, así que inhalo fuertemente.
Solo me hace falta mirarlo para sentir esa punzada en el estómago que ya conozco bastante bien.
- Ale, estamos en medio de mi salón y mi hermano está en algún lugar de la casa atendiendo una llamada
- ¿Y? podemos ser lo suficientemente rápidos
No me puedo creer lo que acabo de escuchar. Por un momento, mi cabeza se lo piensa seriamente. Es que me siento tan atraída a él que no lo puedo evitar.
Ale sabe cómo seducirme perfectamente, sabe con qué armas jugar para ganar y también que, cuando se trata de él, no puedo resistirme a nada, además, hemos tenido tan poco tiempo para disfrutar esto…
Vamos a ver, Ana ¿qué te estás pensando?