Desde que tiene conciencia, Ana Reegan ha querido formar una hermosa familia pero sus planes no han salido como los esperaba. Los 30 ya se acercan y ella siente, cada vez más, la presión personal y social de convertirse en madre. La forma de hacerlo la tenía muy clara, hasta que, el día de su cumpleaños, en un bar, decide contarle a Alejandro Miller, su mejor amigo, todo lo que ha sentido por él desde el día en que se conocieron. ¿Aceptará Alejandro su propuesta? ¿Será él todo lo que ella esperaba o resultará que nunca llegó a conocerlo bien? ¿Podrá Ana cumplir su mayor sueño?...
Ler mais- ¡Felices veintisiete años! –me dice Tania- Tengo un regalo para ti
Conozco muy bien a Tania, no en vano llevamos más de diez años de amistad y sé por experiencia propia que, cuando dice que tiene un regalo, es una señal para mantenerme cautelosa. La mayoría de las veces, los regalos y fiestas sorpresas que ha planeado, no han salido muy bien.
- No tengo ni idea de lo que hablas, recién estoy cumpliendo los veinticinco –le respondo
Tania me sonríe mientras saca de su bolsa un paquete hermosamente decorada y me lo extiende mientras me dice:
- Eso estás diciendo desde hace dos años
- Y lo seguiré diciendo
Le sonrío de vuelta mientras abro mi regalo, frunzo mis cejas al ver lo que contenía el paquete. Saco la prueba de embarazo y me quedo mirándola por unos largos segundos.
- ¿Y esto para qué es?
- Pues ya no somos niñas, ni jóvenes alocadas ¿Recuerdas nuestra promesa de pequeñas? A los veintisiete años nos embarazaríamos las dos al mismo tiempo
Al escuchar sus palabras, un escalofrío me recorre toda mi espina vertebral de arriba abajo, haciendo que me estremezca. En realidad, ya había pensado sobre ese tema. No es que me moleste la idea, es solo que mi vida amorosa no ha sido muy exitosa hasta ahora y ya he perdido todas las esperanzas.
- Tania, me parece que no estás al tanto, pero no tengo pareja
- Bueno, no está de más prepararse, quién sabe, tu príncipe azul puede aparecer en seis meses, una semana o dentro de cinco minutos, de lo contrario siempre puedes buscar un donante
Justo en ese momento, escucho a un hombre aclarándose la garganta interrumpiendo nuestra conversación.
- ¿Se puede saber qué trampa te está preparando Tania ahora?
Giro mi cabeza hacia la derecha y me encuentro a Alejandro mirándome fijamente con la sonrisa más grande y divertida que jamás le he visto. Ale y yo nos hicimos amigos desde el bachillerato y desde entonces hemos sido inseparables.
Los ojos de Ale pasan de mi rostro a la prueba de embarazo que todavía sostengo en mi mano y vuelve a mirarme divertido y a la vez un poco confuso.
Rápidamente, meto el regalo de Tania en mi bolso con mis mejillas encendidas a causa de la vergüenza ¿Olvidé mencionar que desde que conozco a Ale, he estado enamorada de él en secreto? Pues, así es. Lo que menos quiero ahora es que piense que estoy en estado.
En un inicio, intenté por todas las formas hacerle saber que sentía cosas por él, pero, al parecer, captar las indirectas no eran su fuerte, o no lo quiso entender. Luego de un buen tiempo, desistí, estaba cansada de intentarlo y no quería arruinar nuestra amistad.
Desde ese entonces he tenido que verlo con una novia detrás de la otra. Lo he visto bailar, besarse y, hasta en una ocasión, en una situación bastante comprometedora.
Muchas veces sufrí, sola y en silencio, pero, con el pasar de los años, me fui acostumbrando y me olvidé de la posibilidad de que en algún momento podríamos estar juntos.
Lo único que nunca he podido controlar es el latido desbocado de mi corazón cada vez que lo veo. Una de sus cejas se levanta y yo solo ruego por que no piense cosas que no son.
- Bueno, acaba de llegar el alma de la fiesta, dígame usted, señorita ¿a qué bebida le gustaría que la invite? –me pregunta
- Sabes que no tiene ninguna gracia que digas que me vas a invitar a una copa cuando no tienes que pagar por ella
- Ser dueño del bar tiene sus ventajas, no lo puedo negar, pero no tengo la culpa de ello. Lo que si puedo hacer es prepararte el trago yo mismo, sé que te va a encantar
De poco a poco, Ale fue abriendo bares y hoy por hoy, tiene toda una cadena. En verdad lo admiro mucho por ello. Siempre se esforzó por lograr sacarlos adelante, incluso cuando nadie daba un duro por él, pero nunca escuchó a los demás y puso mucho empeño, gracias a eso es un hombre muy exitoso.
- Si no me gusta lo que me prepares, tendrás que darme tragos gratis de por vida
- Hecho, me parece un trato justo, sobre todo porque estoy convencido de que no te gustará –hizo una pausa dramática y luego continuó- te encantará
- Eso lo veremos
- Entonces, dime ¿qué quieres que te haga?
Al escuchar sus palabras me quedo completamente estupefacta. Debo tener una pinta ahora mismo de loca increíble. Sé que mi mandíbula inferior ha cobrado vida por sí sola y ha decidido separarse de la superior, dejando mi boca abierta de par en par.
Sé que estábamos hablando de los tragos, pero, no sé por qué razón, en la expresión de Ale vi algo diferente, como si estuviese sugiriendo algo, algo que provocó que me quedara en blanco.
Él me mostró su sonrisa perfecta y pícara.
- Ana, ¿el ratón te ha comido la lengua? –me quedo mirándolo sin todavía comprender bien de qué estábamos hablando ¿el tema continuaba siendo el trago?- Linda, ¿qué trago quieres que te haga?
Al escuchar sus palabras, una extraña decepción comenzó a aflorar en mí y, estoy casi segura de que tanto él, como Tania, pudieron percatarse de ello sin ningún problema, pero nadie mencionó una sola palabra sobre ello.
- Quiero una margarita –le digo finalmente luego de tragar en seco
- ¿Cuántas quieres que haga?
- Todas las que tengas, que no paren de llegar nunca, hoy celebraremos hasta más no poder –le responde Tania porque me conoce y sabe cómo me siento en estos momentos
Ale sonríe de forma aún más amplia y asintiendo con la cabeza y gira para marcharse cuando se detiene.
- ¿Ya han comido algo? –me pregunta
- Unas hamburguesas antes de venir ¿por qué?
- Porque si van a tomar tanto como dice Tania, deberían tener algo en el estómago, no quiero que se pongan mal
- Eso es muy considerado de tu parte, gracias –le respondo mientras mi corazón comienza a latir a tope
Soy tan tonta, siempre reacciono de esta manera cada vez que muestra su preocupación de alguna manera por mí.
- No tienes que agradecerme, alguien tiene que velar por ti
- ¡Hey! Yo hago todo lo que puedo –protesta Tania
- Y por eso siempre me quedo más tranquilo –le dice él mientras se aleja hacia la barra
Estoy como tonta mirando a Ale caminando cuando alguien choca contra mi asiento. Me giro y veo a un chico tambaleándose que, sin decir ni una sola palabra, se sienta junto a nosotras en la mesa.
- Me parece que ustedes dos están celebrando algo –nos dice con voz tropelosa, evidentemente ha tomado de más
- Y parece que tú te has equivocado de mesa –le responde Tania molesta
- ¡Ufff! Sí que tienes agallas, me gusta
Me quedo mirándolo completamente desconcertada. No lo conocemos de nada, no entiendo por qué se ha sentado en nuestra mesa.
- Mi nombre es Esteban y para seguir a tono con la celebración les vendría bien que las invitara a un trago
- No necesitamos que nos invites a nada, estábamos perfectamente bien hasta que llegaste a esta mesa sin ser bienvenido
Le digo sonando lo más seca que puedo y me giro hacia Tania ignorándolo por completo. Quiero que se marche ya.
- Chica, no seas así, cuando un hombre te invita a un trago lo mejor que puedes hacer es agradecerle, no tienes por qué ser tan borde
- Mira, no sé quién eres, ni me interesa saberlo. Nadie te ha pedido que nos invites a nada, no nos hace falta. Te dije que estábamos bien hasta que llegaste aquí
Termino de hablarle, esta vez más molesta que la anterior y lo empujo en un intento por lograr que se vaya, pero el chico no se mueve ni un solo centímetro.
- Pero ¿a ti tus padres no te enseñaron modales? –me pregunta riendo
- ¡¿Acaso mi español no es lo suficientemente claro?! –el tono de mi voz sube unos cuantos decibeles, este chico me está sacando de mis casillas
- ¿Qué está pasando aquí? –dice Alejandro poniendo nuestras margaritas en la mesa y mirando fijamente al tal Esteban
- Nada –responde él sin hacerle el más mínimo caso
- No creo que sea nada, estás molestando a mis amigas –dice Ale cerrando sus manos en puños- eso claramente es tu señal para largarte de aquí
- No eres nadie para decirme qué hacer
- De hecho, sí lo soy, estás hablando con el dueño del local. Lárgate ya
El chico se levanta de nuestra mesa y sale caminando. Una vez en la puerta se detiene y dice con voz severa:
- Recuerda muy bien este día, no se quedará así –y tras un portazo, sale del bar
Las siguientes tres semanas fueron geniales a excepción del incompetente y cínico de mi jefe quien continuaba resentido por mi rechazo en la cita que tuvimos aquella noche, nunca me lo dejó pasar, solo estaba esperando su oportunidad perfecta para hacérmelo saber y había llegado ese momento tan deseado por él.-Ana, necesito que me firmes el acta de los nuevos presupuestos para el siguiente año -me dijo lo más serio que pudo casi sin mirarme a los ojos pero, incluso así, pude notar que había algo de malicia en su expresión.No me tomó mucho tiempo descubrir el por qué tenía esa impresión, el maldito había rebajado a más del cincuenta porciento el presupuesto del departamento de arte, incluyendo los salarios de nosotros los trabajadores de esa sección. No había forma en el mundo en la que yo firmara ese papel, eso dejaría a varias personas sin un ingreso que les permitiera sostenerse, no iba a ser yo quien los dejara prácticamente en la calle.-Lo siento señor, pero no pienso firma
-¿Cómo? -fue lo primero que salió de la boca de mi padre- Yo pensaba que las cosas te estaban yendo bien, eso fue lo que me dijiste la última vez que hablamos-Y me está yendo bien, pero creo que es el momento perfecto para que yo pruebe nuevos horizontes, estoy lista para un nuevo desafío-No creo que regresar aquí sea un nuevo desafío ¿hay algo que no me estás contando?Justo en ese momento pude ver cómo Martha tragó en seco, mi padre podía ser obstinado, pero no se le escapaba nada, siempre se daba cuenta de todo y la reacción de mi hermanastra no le pasó por alto. No puedo decir que me alegre debido a que ella esté acorralada, pero sí tengo que admitir que es bueno que la conversación se haya alejado de mi ser.-Papá… yo…-No hay excusa Martha, por lo que parece, las cosas que me has contado no han sido ciertas, las cosas se te han puesto difíciles y quieres huir, escapar como una cobarde, yo no te crie de esa manera -los ojos de Martha comienzan a brillar por las lágrim
Lo esté diciendo en serio o no, no puedo evitar controlar lo feliz que me hace escucharlo hablar sobre mí de esa manera tan dulce, incluso si solo somos amigos.Cuando más entretenida estaba a solas con mis pensamientos, mi padre se aclara la garganta sacándome de mi concentración.-Entonces Ana, ¿cómo te fue en la entrevista de trabajo?Pero ¿qué les ha pasado a todos hoy? ¿Se han puesto de acuerdo para sacar el mismo tema hoy? Cálmate, Ana, se supone que para eso son las cenas familiares, solo que nunca contaste con la presencia de Ale aquí, eso lo hace todo más difícil.Quería poder contárselo yo misma y no que se enterara de esta manera, pero, al parecer, eso ya no va a poder ser, así que supongo que no queda otro remedio que comenzar a hablar. Ya los detalles se los daré más tarde cuando estemos a solas. -Pues, yo diría que me fue bastante bien, me pidieron una entrevista en persona, supongo que esa es una buena señal-¿Estás preparada para eso? –me pregunta de forma muy
-¡Ana, estás aquí! –me dice ella pareciendo realmente alegre de verme-Martha, bienvenida a casa Le digo justo en el momento en el que estira sus brazos hacia mí dándome un abrazo aunque, no es uno fuerte, es un abrazo un poco indeciso, como si no estuviese muy segura de dármelo.La entiendo perfectamente, nuestra relación nunca fue la mejor que digamos. Al menos de mi parte, siempre sentí que había una competencia entre nosotras.Nuestro padre y su mujer, también contribuyeron mucho a eso, no directamente, pero, los comentarios que nos hacían y algunas actitudes nos daban esa impresión.-Ana, no sabía si vendrías –vaya recibimiento acaba de darme mi padre-Creo haberte confirmado que vendría ¿cierto? –le respondo con un poco de ironía en mi tono de voz-Sí, pero igual-¿Igual qué? ¿acaso tiendo a romper mis promesas o no cumplir mis compromisos?Ya empezamos. No llevo ni cinco minutos aquí y ya me estoy sintiendo atacada directamente.-Bueno, digamos que esta vez te di
Justo en ese momento veo en mi pantalla la llamada de un número desconocido e, inmediatamente recuerdo que mi padre me había dicho que una mujer me llamaría para hablar sobre una nueva oferta de trabajo.Oferta de trabajo que le dejé bien claro que no estaba interesada en ella, pero él puede ser demasiado insistente y, viendo cómo está la situación en mi trabajo luego de la cita con mi jefe, no estoy muy segura de qué elección hacer.Tampoco quiero aceptarlo porque no es el momento adecuado para dejar esta vida que llevo ahora, mis amigos están aquí y el probable padre de mi probable hijo también-Ana ¿no vas a contarme lo que en realidad está sucediendo?En su mirada puedo ver el dolor, sabe que le estoy ocultando algo, me conoce demasiado bien y, a la misma vez está preocupado de que sea algo grave.Ignoro el teléfono y él se me queda mirando con una ceja levantada mientras veo la duda dibujada en su cara.-¿No deberías cogerlo?-No, no es nadie, ni nada urgente, puedo devolve
Soy consciente de que esto es lo que siempre había querido desde que tengo uso de razón y es lo que he estado persiguiendo desde que empecé con Ale, pero nunca pensé que sucedería tan rápido.Me quedo mirando la prueba fijamente todavía sin poder creérmelo ¿Cómo esto pudo haber sucedido tan rápido?Ahora mismo no sé ni qué hacer ¿llamo a Ale y le muestro la prueba? ¿No lo hago? Quizás sea demasiado fuerte para él que se la muestre así sin más.La primera persona que se me viene a la cabeza es Tania, al fin y al cabo, fue ella quien me regaló esta maldita prueba para comenzar, así que, le tiro una foto y se la envío.*¿Es en serio? Dime que es en serio ¿voy a ser tía?*Las preguntas no paran de entrarme en forma de mensaje una detrás de otra.*Es serio, pero creo que esta prueba está defectuosa¿Qué vas a hacer?Todavía no lo sé, de momento, tengo que asegurarme de que sea completamente cierto. Luego te escribo*Rápidamente abro el navegador de mi celular y comienzo a buscar “¿Se puede
Último capítulo