De repente, la atención de todos, incluyendo la de Mariana, se centró en la persona que acompañaba a Jacob.
Mariana dejó su copa de vino y reconoció de inmediato a la persona que venía detrás.
Era Vicente.
Mariana esbozó una leve sonrisa. Vaya, parece que era muy ocupado, ya había regresado del extranjero y ahora venía a esta fiesta.
Walter y Jimena se giraron al mismo tiempo y vieron a Jacob y Vicente acercándose a ellos. Los tres comenzaron a ponerse al día.
Mariana notó que la mirada de Jimena brillaba cuando veía a Vicente.
Sus ojos codiciosos no se despegaban de los tres hombres.
Mariana los observó detenidamente, cada uno tenía un atractivo particular.
Walter era más sereno y elegante, con un toque de frialdad.
Jacob era despreocupado y jovial, con un aspecto alegre y juvenil.
Vicente era muy suave y delicado, con una belleza casi femenina.
No era de extrañar que todos a su alrededor se detuvieran a admirarlos. Eran realmente cautivadores, haciendo que uno quisiera mirarlos una y