—¿Y lo meten en la cárcel por dos o tres años con la mitad de ese tiempo pagado con TU dinero? —Silco suelta un resoplido frío—. ¿Has llegado a donde estás solo gracias a la fortuna de tu abuela y a esa cabeza hueca tuya?
Las orejas de Sebastián se ponen rojas.
—La única razón por la que no presentaría cargos es si proporcionaran información sobre Jack Fuller, y Jack Fuller lo sabe —explica Silco con impaciencia, como si estuviera frente a un estudiante tonto—. Incluso si lo niegan, Fuller no lo creerá. Es ese tipo de hombre.
—¡¿Lo conoces personalmente?! —Sebastián capta eso rápidamente.
Silco esboza una sonrisa fría, pero esta vez con satisfacción en sus ojos.
—Jack Fuller tiene vínculos con la mafia —continúa Silco, ignorando la pregunta de Sebastián—, y quiero desenterrar sus raíces esta vez. ¿Lo entiendes, niño listo?
—Cooperaré si me dejas participar en tu plan de tratamiento para Scarlett —negocia Sebastián.
—¿Ahora te preocupas por ella? ¿Te preocupaste cuando la dejaste por es