Capítulo 95.
—No puedes estar en las calles por mucho tiempo— la fatalidad de su presencia llegaba con la responsabilidad sobre ella. —Hoy pueden ser polacos, mañana holandeses o Siberianos.
Mateo subió después de ella al vehículo.
—Alguien raptó o algo a Lorcan— alegó Harper al verlo recibir las identificaciones. —Y ahora no sé qué me conviene más.
—Por ahora estar fuera del ojo público— cerró las ventanillas. —Apégate al sistema de seguridad, y hagas lo que hagas, no hables con nadie, por muy confiables que sean, ninguno debe saber dónde te encuentras.
—¿No iré al apartamento?
—Ese lugar es conocido y mi casa es muy obvio, no la quiero estropear con sangre de gente de mierd@ —dio una nueva dirección y al escuchar supo que era el lugar donde alguna vez se quedaron.
—Los ensayos…
—No los necesitas, en forma estás y todos están descansando— el auto no tardó en estar en movimiento. Contaba con la facilidad de conocer la ciudad cómo el lugar que había visto desde su niñez, por lo que sabía cuále