Capítulo 223.
Harper no improvisaba casi nunca. Si bien prefería resolver las cosas con estrategia y palabras muchas veces, cuando empuñaba un arma, lo hacía como una reina que no pedía permiso para gobernar el caos. No era simplemente una mujer armada, era una figura cuidadosamente entrenada para mantenerse elegante incluso en el filo de la amenaza.
La cremallera de su bolso apenas hizo ruido.
Extrajo una Sig Sauer P365XL, una pistola semiautomática compacta, de acción suave pero de respuesta inmediata. Modificada con un cañón interno de cerámica y una empuñadura de polímero negro mate, el contraste era elegante y discreto, con silenciador roscado desmontable.
Solo necesitaba saber cuántos eran los que habían entrado al pasillo, para no ser tomados por sorpresa por un número superior al imaginado.
Harper dejó el bolso junto a la pared, en lo que sus dedos se deslizaban con la precisión de quien ha repetido ese movimiento cientos de veces. Krysia había reforzado todo lo que conocía de armas y cómo