Capítulo 157.
—Nos ves como si fuéramos peor que ratas —soltó Rüdiger con los dientes apretados. Siempre los ignoraba, y eso no era lo que merecían por ayudarlo.
Mateo no alzó la vista, pese a que era lo que esa pandilla esperaba. Siguió girando la cinta adhesiva alrededor de los cables, con una calma que era una provocación en sí misma. Aunque no fuera intencional, tampoco se esforzaba por evitar que se sintieran así. Era su problema si sentían eso como tal.
—A nosotros, la desconfianza no nos gusta— añadió con la mirada fija en el mafioso que no les brindaba la mínima atención. —Que nos ignoren por no confiar en nosotros nos molesta más.
Algunos estaban sentados en la esquina de otra de las mesas. Otros alimentaban la cautela de Mateo y algunos otros se podrían ver cómo desinteresados, aunque no era así. Todos tenían algunos millones con el simple hecho de mantener a ese tipo ahí y no pensaban dejarlo marcharse.
—La confianza se gana. No se reparte como pan —murmuró el mafioso, con la