IX - El trato

Nuevamente enero, las clases volvían y Lía no podía dejar de pensar el precio que le habían puesto. Para fin de año lo había pasado con Kat, Magda y Sunny. La realidad se imponía aquel lunes, tenía que enfrentar a Liam.

En clase de T.M por fin, lograron presentar juntos la composición, el profesor Payne los aprobó y Lía sintió como se le quitaba un peso de encima. No escuchó la explicación en su mayoría, su mente seguía divagando en aquellos 90.000. –Lancaster, Bethlem. –Sonrió el profesor al verlos. –Estoy orgulloso, dejaron a un lado sus diferencias y lo que hicieron hoy fue excelso. Espero que los siguientes trabajos sean iguales. –Salieron en silencio del salón. Era ahora o nunca.

-William. –Lo llamó la pelinegra. –Debo hablar contigo.

- ¿Ah sí? ¿Me vas a matar por haberme equivocado en el cuarto compás?

-No. –Dijo seria. –Sé de la apuesta. –Soltó frente al castaño. Liam tragó saliva, estaba nervioso.

-Maldita sea. –Soltó pasándose la mano por el cabello. –Lía... -Ella miró por el pasillo, había personas que los podían oír. Necesitaba un lugar más privado. Comenzó a caminar jalando a Liam del brazo, juntos, llegaron a un salón vacío y cerró tras ella la puerta. –Puedo explicártelo, lo juro.

-Cállate idiota. –Dijo molesta. –Me dan ganas de golpearte a ti y a tus amiguitos por meterme en semejante lío. Y debería hacerlo... –Se detuvo mordiéndose el labio. –Pero...

-Lo que hay delante de un, pero es pura m****a, repetía mi papá cuando veía Game Of Thrones.

-Lo sé, veo la misma serie. Maldita sea. –Suspiró. –Quiero que me digas los retos de la apuesta y cuánto vale cada uno. –Liam vio la determinación de Lía en sus ojos, sintió un poco de temor. –Maldita sea, si no quieres que te arranque el pene por idiota habla ya.

-Okay. –Dijo completamente atemorizado de la mirada de Lía. –Quince mil si logro que salgas conmigo y seas mi novia. Se duplica a treinta mil si en menos de tres meses logro que te mudes conmigo, cuarenta y cinco si es más de un mes el que pasas en mi casa. Noventa si yo... si tú y yo...

-Esta es mi propuesta, idiota. Salgo contigo, fingimos ser novios durante un mes, al mes de estar juntos como pareja, me mudaré contigo y pasaré dos meses en tu piso, lo que nos daría a ganar los cuarenta y cinco mil. Mi trato, que me des la mitad del dinero una vez acaben los tres meses.

Liam quedó petrificado. ¿Qué acababa de oír? –No entiendo ¿Qué ganas tú con esto? Digo, además de dinero, pero no creo que seas la clase de mujer que acepta esto por dinero.

-Tienes razón, y eres una m****a. Pero eres casualmente la m****a que tiene la cantidad de dinero que requiero para seguir aquí en el Royal y, estoy desesperada.

-Podrían tocarte cuarenta y cinco si dormimos juntos. –Contestó Liam.

-No, no pienso acostarme contigo. Quedará en veintidós mil quinientos a cada uno. Por supuesto, tengo reglas, que debes seguir si no quieres que te mate en el proceso. Yo obtengo el dinero para pagar el semestre y tú puedes fingir delante de tus amigos que no eres un perdedor mujeriego.

- ¿No vas a matarme?

-Por ahora no, te necesito y esto es un chiste del universo. –Se sentó en una de las sillas escondiendo la cara entre las manos.

-No entiendo, podrías volver a Italia.

-No puedo, tengo asuntos allá que dejé allá por un motivo. ¿Vas a ayudarme o no? –Liam sonrió. Aceptaría.

-Hecho. ¿Cuáles son las reglas?

-La primera, fingirás ser mi novio, por lo que, deberemos besarnos, tomarnos de la mano, tener citas y todo lo que eso conlleva para que sea creíble.

-Puedo hacer eso. No es difícil.

-Hasta un simio puede, contaba con ello. La regla número dos es que me tocará la mitad del dinero.

-Acepto, me parece justo. –Se rascó el cuello y miró a la chica que estaba con total seriedad. –Dime que más.

-Esta es la que seguro odiarás. No quiero que estés con otras mujeres, no quiero ser la novia cornuda. Sé que la relación será falsa, pero los rumores que correrán serán muy reales, por lo que no debes serme infiel hasta cumplir los tres meses. ¿Puedes vivir con eso?

-Espera, ¿Dices que no puedo tocar a otra mujer, pero tampoco puedo tocarte? Lía, considera las cosas. Puedo ser discreto.

-No, no tendrás a otras mujeres, no es discutible. Tú y yo tendremos cierto límite. No dormiremos juntos, no me tocarás y no tendremos sexo. Ah, y la última regla, siendo tu novia, Stacy querrá matarme. No dejarás que ella se me acerque.

-Eso es regla de nuestro matrimonio académico. –Contestó William. –Lía, pero... las chicas.

-No se discute. No quiero acostarme contigo. Es importante para mí, solo son noventa días, ¿Puedes siquiera considerarlo? –Liam asintió y Lía extendió su mano. –Dime ¿Es un trato?

–Pero yo también pondré reglas. La primera, tampoco podrás coquetear con ningún hombre, serás mi novia y estarás en el foco de atención de los medios. Deberás ir a mis conciertos, deberás tener fotos conmigo en la prensa y no ser tan hostil en público.

-Hecho, pero te insultaré en privado.

-Segunda regla. No te enojes cuando diga algún chiste. Ten sentido del humor.

-Trataré, soquete. –Contestó desesperada. – ¿Algo más?

-Sí, no cambies la decoración de mi piso cuando te mudes. El basurero se queda como está.

-Asqueroso. –Liam apretó la mano de Lía y se quedó mirando sus ojos. Sonrió. –Es un trato.

-Es un trato. ¿Te parece si comenzamos desde ya? –Lía asintió. –Voy a coquetearte en público y deberás responder de igual manera. Mis amigos deben verlo.

-Hecho. –Aquel lunes comenzó a correr el trato, en sitios públicos, Liam se acercaba de manera seductora a Lía, y, aunque ella quisiera gritarle, solo debía asentir, sonreír y portarse bonita. A donde fueran, los veían juntos. Lía sabía que debía decirle a Kat, pero algo la detenía.

***

En la primera semana no pudo ser tan evidente, hablaba con Lía en público y ella era una excelente actriz. Podía notar las sonrisas de sus amigos y él solo se sentía satisfecho, estaban jugando con ellos y eso era divertido. Tendrían concierto, y según su acuerdo, ella debía asistir. –No puedo creerlo, se está levantando a Lía. Tal vez ella no andaba tan vacunada contra ti.

-Se los dije, te lo dije Xander. No hay mujer que no caiga por mí. –Contestó autosuficiente. –La invité esta noche, seguro viene.

-No entiendo ¿Cómo hiciste para que ella bajara la guardia?

-Lo típico, la elogié y sobé su ego. Las chicas se enamoran por lo que oyen, y la llené de palabras bonitas.

-Idiota. –Contestó Trek. –Aun así, no creo que logres cogértela. Eso sí está cabrón.

***

Lía pasaba por el piso de Kat, estaba dispuesta a contarle todo, y así, no hacer que su amiga se desesperase al ver como ella salía con William. – ¡Lía! –Sonrió la rubia al verla. –Pasa, Paul me invitó al concierto, pero sigo sin querer hablarle, no sé si decirle que se todo o no.

-No lo hagas. –Dijo seria la pelinegra. –Tengo que decirte algo muy serio.

-Pues dime. -Lía suspiró y se acomodó un mechón de cabello detrás de su oreja. –Lía.

-Antes de que me dijeras de la apuesta, me llegó un mensaje de la universidad, estaba fuera de la lista de los becados y le debo al colegio unos 19.000. No sabía qué hacer.

-Por eso estabas tan rara. ¿Y?

-Hablé con William. Accedí a ayudarlo con la apuesta si él me da la mitad del dinero, voy a fingir que soy su novia.

- ¿Qué? –Contestó Katrina sorprendida. –Lía ¿Y vas a...?

-No, eso no. No me acostaré con William, solo quedaré hasta vivir con él por dos meses, luego terminamos, yo tengo mi mitad, pago la universidad y salgo de la deuda.

-Wow. ¿Por qué no me dijiste que esto pasaba?

-No encontré como, pero por favor no le digas a Paul. No debe saber de este trato o perderé todo el dinero y lo necesito. Trátalo bien, que no sepa lo que tramamos.

-Bueno, solo lo hago por ti, pero sigo enojada con él. –Sonrió. –Acábalos Lía. En definitiva, eres la mujer con más ovarios que he conocido. Pongámosno entonces como reinas para pisar el concierto. –Dijo la rubia. –Luce tu tatuaje esta noche.

-No, estás loca.

-Tú lo estás más. –Rió Katrina yendo a su cuarto. Lía la siguió y rebuscaron en el closet de la rubia algunos vestidos. –Deberíamos cortarte el cabello.

-Jamás. –Rió Lía. –No. Nunca.

-Si no quieres que te delate, por favor déjame. –Lía comenzó a dudar del sano juicio de Kat, pero al final, para no arriesgarse, la dejó. Luego de mojar su cabellera, la rubia peinó a la pelinegra, tomando unas tijeras nuevas, fue cortando mechón tras mechón hasta llevar el cabello de Lía hasta sus hombros. Lo secó y luego con su plancha y rizadora le dio algunas ondas. –Estás lista.

-Lo curioso es que me gusta. –Lo batió un poco. –Eres buena estilista Kat. Gracias.

-Tengo el vestido perfecto para ti. Negro, tiene un escote en la espalda que dejará babeando a Liam. –Rió y sacó la pieza de su closet. –Va con unas medias negras y unas botas de tacón, va a alucinar contigo, y va a querer dormir contigo, y la mejor parte es que no va a lograrlo y es justicia poética por aceptar esa apuesta. –Lía terminó por vestirse. Tuvo que colocarse el vestido sin un brasier debido al profundo escote de la espalda, completó su atuendo con un collar de plata. –los tacones.

-No sé caminar con tacones. –Confesó mientras se ponía un sombrero y se miraba al espejo. –De verdad, no me la llevo bien con esas cosas.

-Aprenderás. Es sencillo, pisa con el talón y la punta del pie a la vez. –La rubia sacó las botas de su caja y las pasó a Lía. La pelinegra se las calzó y se paró un poco tensa. –Relájate. Las mujeres podemos hacer esto desde hace siglos.

-Los tacones eran para los hombres. –Dijo.

-Sí, y los superamos. Practica un poco mientras me ducho y arreglo para irnos al dichoso concierto. –Katrina salió del cuarto y Lía se terminó de maquillar, rímel en sus pestañas y la rayita de sus ojos, un poco de labial rosa y algunas sombras ligeras en sus parpados. Practicó caminar con tacones, tenía suerte de que aquellas botas no fueran tan altas.

Luego de que Kat terminara de vestirse, ambas chicas salieron a hacer su función. Ambas llegaron al lugar del concierto, Lía pidió un cosmo para pasar la vergüenza. Su espalda expuesta hacía que todos voltearan a verla.

***

-Hora de rockear. –Los cuatro chicos chocaron los puños y salieron en una carrera y risas. Al verlos entrar, la euforia llenó el bar, gritos se escucharon y la energía se encendió. – ¡Buenas noches, Londres!

-Míralos, pobres galanes ingenuos. –Katrina rió al ver a los chicos. –Ninguno sabe que los estás estafando.

-No hables mucho si no quieres que me descubran. –Dijo Lía por encima del ruido. Su presentación esa noche comenzó con una canción de los Arctic Monkeys, R U Mine?, Lía bailaba al ritmo de la música relajándose bastante, Katrina al igual que ella seguía la letra de la canción y cantaba. –Liam miraba al público mientras tocaba, se sorprendió al ver a la chica disfrutando del concierto, reía, bailaba y cantaba. Siguieron con Supersonic de Oasis y luego de eso, intentaron algo muy fuera de su zona de confort, Cake by the Ocean.

Al acabar su presentación, Liam fue directo hasta Lía. Sus amigos estaban y ellos tenían un trato. –Bien, viniste. Te ves bien.

-Sin adulaciones. –Contestó la chica. –Estuvieron geniales.

-Gracias. ¿Ves? Así se contesta cuando te hacen un cumplido. –Dijo acercándose un poco más.

- ¿En necesaria tanta cercanía?

-Sí, lo es. –Miró por encima de su hombro y notó a sus compañeros observando. –Tenemos que actuar, así que vamos a la barra y tomemos un par de tragos, finjamos ser una pareja más.

-Okay. –Liam le tendió su mano a la chica y ella la tomó. El bar ya parecía un antro con música mucho más movida y subida de tono. Thief. Lía nunca la había escuchado.

-Wow, bastardo. –Rió Xander, pero rápidamente se calló al ver como su hermana se acercaba. –Hola Kat.

-Hola. –Sonrió actuando. –Hola Paul. ¿Quieres bailar?

-Sí, sí quiero. –Sonrió y se levantó siguiendo a la rubia a la pista de baile. Xander y Trek quedaron observando desde su sofá como Liam coqueteaba con Lía.

-No puedo creer que ella cayera. –Dijo Trek. –Era una chica dura.

-Yo tampoco lo creo, pero parece que sí. Solo observa.

***

-Nos miran mucho. –Dijo Lía sintiendo un poco de nervios.

-Tengo una idea, me voy a acercar y te voy a besar. –La chica palideció. –Tienen que verlo, es la forma que tenemos para cobrar el dinero al final. ¿Puedes seguirme un beso?

-Eso creo. –Dijo tomando rápido el trago de tequila que Liam había pedido para él. –A lo mejor ebria pueda.

-Ja. –Él se inclinó un poco hacía ella y atrajo su mentón. –Cierra los ojos, imagina cualquier cara menos la de tu ex. Es un idiota. Nos están mirando, pestañea un par de veces y cierra los ojos. ¿Lista? –Lía pestañeó y asintió. Xander y Trek se quedaron viendo la escena.

-Es un bastardo, mira. –Señaló Trek. –No puedo creer que lo logre.

Liam terminó por acercar a Lía y juntó sus labios, era un beso bastante frío, ella apenas se dejaba guiar y estaba completamente tensa. –Ella no quiere ¿Ves? –Señaló Xander. –Esto no será sencillo, ella no va a caer.

***

Karaoke.

Pisada la una de la madrugada activaron la máquina de Karaokes y, luego de varios tragos, Katrina acabó subida en el escenario cantando junto a Paul Lights Down low. Lía solo observaba sentada en una mesa.

Liam se alejó hasta donde estaban sus amigos, pidió una cerveza y la bebió. –Vimos tu beso, tu chica aún pone resistencia. –Dijo Xander.

-Es cuestión de tiempo. –Contestó. –Voy a ganar la apuesta, te lo aseguro. –Rió dando otro trago a su cerveza.

- ¡Si! –Gritó Kat acercándose a la mesa. –Lía ¡Debes cantar!

-No, estás loca. –La rubia la jaló y entre empujones la subió al escenario. –Katrina. No, yo no canto.

- ¡Hazlo! ¡Si! Y más te vale que elijas alguna canción o yo lo haré por ti. –Lía terminó por tomar el micrófono mientras escuchaba la ola de aplausos de personas alcoholizadas.

-Mira quien subió. –Señaló Trek. –Se ve linda con el cabello así. ¿En qué idioma crees que cante? ¿En inglés o en italiano?

-Hola. –Dijo Lía por el micrófono. Terminó eligiendo la pista de una canción con ritmo de blues, lenta, pero a la vez con fuerza para ser sensual. –Esta canción se llama Close to my fire.

-So... ¡Canta en inglés! –Trek dio un golpe a Liam en el hombro. –Es una llama de fuego esa mujer. Si te rebota, iré yo detrás de ella. –Todos prestaban atención a la italiana en especial William. –Que buen gusto en música.

-Tiene mejores. –Contestó Liam sonriente mientras seguía viendo a la pelinegra.

- ¿Y si te botamos a ti y la hacemos a ella vocalista de King's Revenge? No me molestaría cambiar el nombre de King's Revenge a Queen's Revenge.

Strike a match and set me on fire

Watch it burn and flames getting higher

You light me up, sweet old desire

So won't you come close to my fire?

Close to my fire

-Apoyo a Trek, Liam, ella es hasta mejor que tú. –Bromeó Xander. Al momento en que Lía acabó su canción se oyeron los aplausos y ella bajó entre risas volviendo a su mesa.

***

Aquella noche había sido muy divertida. Liam se acercó a la mesa de Lía mientras Xander y Trek lo vigilaban ya que Paul estaba ocupado con Kat. –Nos están mirando. –Dijo en voz baja luego de sentarse al lado de la pelinegra. –No sabía que cantabas.

-No sabes nada de mí. –Contestó. –Sí, tus amiguitos nos tienen el ojo montado.

-Salgamos de aquí. Tienen que vernos juntos.

-Resulta difícil, ¿Besaste a otra chica esta noche antes o después de mí?

-No, claro que no. Lía, si quieres el dinero tienes que cooperar.

-Sabes que lo necesito. –Suspiró. –Lo siento, en el beso no...

-Lo sé. Sentí tu tensión y creo que todo el mundo que nos vio. Tampoco es agradable para mí.

-No veo porque no es agradable para ti. Yo soy la que ha recibido más insultos de parte tuya, sin mencionar que le pusiste precio a mi cuerpo.

-Tú accediste. –Contraatacó Liam manteniendo la calma. –No discutamos, nos ven. Sígueme. –Se levantó de la silla y le extendió la mano a Lía, ella lo miró y terminó levantándose sola sin tocarlo. William rodó los ojos y soltó un bufido. Comenzó a caminar y Lía lo siguió esquivando a la gente, los dos llegaron a una pequeña bodega donde se guardaban los licores. –Conozco al dueño, mi hermano mayor es su amigo.

- ¿Tienes hermanos? –Preguntó curiosa. –Y... ¿Te dejan venir aquí?

-Sí, tengo tres hermanos. Roger, Axel y Lena. Yo soy el menor. –Sonrió. –Sí, me dejan venir aquí, si vamos a fingir que somos algo, tendremos que desaparecer de cuando en cuando para que mis queridos compañeros crean que nos estamos enrollando. –Lía se paseó por los estantes llenos de botellas y leyó las etiquetas. –Hoy te ves en serio muy hermosa.

-No me adules. Solo tenemos que actuar frente a los demás, pero estando solos... no es necesario. –Contestó.

-Lía, respóndeme algo. ¿Por qué me odias?

-Tú ¿Por qué me odias a mí?

-Tengo mis motivos. –Contestó serio.

-Puedo decir exactamente lo mismo. –Ambos se sentaron sobre unos barriles vacíos de cerveza y se quedaron en completo silencio.

***

Aquel nuevo acuerdo resultaba difícil de llevar. Liam solía besar a Lía en frente de las fanáticas, en los conciertos, en público en general. Ella aún se tensaba y apretaba los labios un poco en cada ocasión que él le robaba un beso.

El primer mes pasó, Magnolia y William como podían trabajan en los proyectos de sus clases y frente a los demás fingían que eran una pareja. –Si no me dejas besarte como se debe van a sospechar.

-No confío tanto. –Confesó. –Esto resulta difícil, y no sé cómo haré cuando me mude contigo. –Lucía preocupada. –Es que sé cómo eres. –Liam no dejaba de mirarla.

- ¿Tienes miedo? –Preguntó. – ¿Por?

-Eres un mujeriego, es obvio. No me siento segura contigo, pero eres mi única opción para tener el dinero que necesito, así que...

-Lía, tenemos que llegar a un punto neutral. Ambos dejaremos los pisos de la residencia, tengo un apartamento, viviremos allí. Cuando te mudes, tú te quedarás en mi habitación y yo en el sofá.

-Lo sé, eso decidimos. Pero sigue causándome temor. –Bebió de su jugo de manzana a través de la pajilla. –Esto es algo que se escapa de mi control en muchos sentidos.

-En una semana de igual manera deberás mudarte conmigo.

-Si. Ya empaqué algunas cosas.

***

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