Para una mujer que dejó claro que no quiere tener una cercanía inadecuada con su maestro, está disfrutando mucho el beso que Lucifer le da para calmarla. Es por eso, que me esfuerzo para concentrarme en que me tranquilice y no en ceder al deseo sexual.

— Continuemos, por favor. — pido alejándome un poco.

— Sí, debemos concentrarnos en el entrenamiento. — pido mirando a Lucifer con mucho deseo.

— Vamos a continuar con los disparos. — dice Lucifer y miro hacia la parte donde están los disparos.

— Lo haré mejor. — respondo.

Concentrándome tanto como mi mente me lo permite, continuo disparando hasta que finalmente mejoro un poco sin que Lucifer haga tanta fuerza sobre mi mano.

— Ahora es momento de que lo hagas sola.

— No, por favor, no. — imploro con mucho miedo.

— Tranquila, estaré justo detrás de ti, sent