El enojo es evidente en Lucifer, es claro que no está feliz porque uno de sus primos esté relacionado con mi familia. Por eso, si decide matarlo, no pienso oponerme ni mucho menos suplicar una condena menor.
No puedo hacer eso cuando ayudó a mi hermano para que tuvieran la oportunidad de lastimarme, usándome para su beneficio y torturarme hasta que la vida se escapara de mis manos.
— Angela, dime que fue lo que pasó y no me ocultes nada, por favor. — pide Lucifer liberando una feromonas bastantes feroces que me dicen lo terrible que la va a pasar ese idiota.
— Él fue a verme diciendo que mi padre quería confesarme algo de mi madre, pero, después de marcharse, apareció tanto mi padre como mi hermano.
— ¡¿No hiciste algo cuando apareció?! — grita Lucifer.
El enojo es bastante grande, sin embargo, no dejo que eso me contamine y como lo decidí desde que comencé a hablar, le cuento todo a Lucifer. Es momento de soltar las preocupaciones para que alguien más se haga cargo.
— Sí, le di