Capítulo 91
Al cruzar la puerta principal, suspiré para mis adentros.
Mi casa era el único lugar donde podía bajar la guardia, aunque solo fuera por un rato. Y hoy, después de todo lo que había hecho, necesitaba ese momento de paz más que nunca.
"¡Juan!", me llamó una voz familiar desde la sala.
Me giré y allí estaba mi hermanito, Leo. Era más alto que la última vez que lo vi, pero sus rasgos infantiles seguían siendo los mismos. Corrí hacia él, lo envolví en un fuerte abrazo y pegué mi cara a su pecho. "Me alegro mucho de que hayas venido", susurré, conteniendo las lágrimas que amenazaban con derramarse.
Alex me abrazó con la misma fuerza, y pude sentir su corazón latir con fuerza. "Has estado fuera demasiado tiempo, hermanita", murmuró en mi pelo. Su tono era suave, pero podía oír la preocupación que se escondía en él.
Me aparté lo suficiente para mirarlo, apartándole el pelo de la frente. “Lo siento. Las cosas han sido… complicadas.”
Me dedicó una pequeña sonrisa forzada, pero habí