Punto de vista de Juan
Después de que Leo se fue, nos quedamos solos. Vi cómo Lino sacaba un cigarrillo del bolsillo y lo encendía; la llama parpadeó brevemente antes de que diera una profunda calada. Tenía la mirada perdida, llena de un cansancio que no había notado antes.
—Las cosas se van a poner difíciles, Juan —dijo, exhalando una nube de humo—. Tienes que estar preparado para eso.
Fruncí el ceño, sintiendo el peso de sus palabras. —¿Qué quieres decir?
Me miró, sus ojos escrutando los míos como si sopesara cuánto contarme. —Hay cosas de mi pasado... cosas que van a salir a la luz. Y no va a ser fácil para ninguno de nosotros.
Sentí una punzada de preocupación. —¿Qué clase de cosas?
Lino dio otra calada a su cigarrillo, su expresión endureciéndose. —Mi padre, mi familia... Tenemos muchos enemigos. Gente capaz de cualquier cosa con tal de vernos caer. Y con Carmela sembrando la discordia, es solo cuestión de tiempo que todo se derrumbe.
Tragué saliva con dificultad, asimilando la r