Al salir del restaurante suena su móvil, Roland contesta enseguida:
—Emma que sorpresa, pensé que tardaríais más.
—Roland llevas tres horas fuera de casa, terminamos hace un buen rato —responde Emma.
—Ok, tardaré más o menos media hora en llegar.
—Ok, aquí nos vemos —responde Emma, antes de colgar el teléfono.
Antes de llegar a casa, Roland siente que alguien lo persigue, se da la vuelta y mira hacia atrás, la calle está llena de personas. Su miedo es inminente por eso; acelera su paso y continúa mirando de reojo para atrás, la sensación no le desaparece hasta llegar a casa de Emma.
—¿Roland, estás bien? —pregunta Charlotte, al verlo entrar sudando y tan agitado.
—Sí, Charlotte no te preocupes —contesta disimulando.
Emma le mira, le nota bastante extraño, sabe que le está pasando algo, ella se acerca él, y lo abraza:
—¿Qué ha pasado? —pregunta entre susurros.
—Nada, quédate tranquila. Solo me puse un poco nervioso, pensé que me seguían, había demasiadas personas en la calle,