El cielo sobre la fortaleza Vorlak se tornó verde oscuro, teñido por la energía del eclipse. La bruma ancestral se arremolinaba con fuerza, señal inequívoca de que la sombra estaba a punto de atacar. Ciel y los portadores se alinearon en el patio central, cada uno sintiendo la presión del momento: esta no sería una simple prueba, sino un enfrentamiento total.
—Hoy —dijo Ciel, con voz firme y resonante— no es solo un combate físico. La sombra intentará rompernos con ilusiones, recuerdos y futuros posibles. Debemos usar todo lo que aprendimos: memoria, estrategia y sincronización. Cada movimiento cuenta.
Ian ajustó su postura, sus ojos recorriendo el horizonte:
—No hay margen de error. Cada segundo perdido podría significar la caída de la fortaleza y la liberación de la sombra.
Jordan asintió, cruzando los brazos mientras su energía se concentraba:
—Entonces actuemos rápido y juntos. Si trabajamos como linaje, no habrá ilusión que nos pueda dividir.
De repente, la bruma se condensó sobr