Pese a que seguía con la verga erecta sin eyacular me sentía un poco mejor.
Suns roncaba. Cuando Mika dormía solía comenzar a tocarle las piernas para entrar en calor, con el fin de recorrer otras zonas posteriormente y así trasladar esas sensaciones térmicas hacía otras direcciones. Luego la hacía reaccionar porque jugaba en las zonas precisas, puesto que la conocía bastante. Ella siempre obedecía a mis impulsos y es más, lo hacía con ganas y aún más, muchas veces empezaba a chupármela por iniciativa propia mientras dormía, era algo realmente glorioso.
Comenzé a pensar en ella y ya la extrañaba. Le envié un mensaje y no me contestó. Era rara la sensación y no sentía que estaba siendo infiel; la ausencia de besos y eyaculaciones en ese intento de sexo con Sus me proporcionaban una especie de salvoconducto ante lo que bajo todos los puntos de vista era una traición.