Capítulo 47

Íbamos en el auto. Roniv aún no decía nada respecto a lo que había decidido y a lo que estaba pasando, puesto que en esos momentos hablaba con otras gentes, en la misma lengua que utilizaban para comunicarse los encapuchados de colores amigos de Javo. 

Aquello era increíble, puesto que al mismo tiempo mi vida estaba altamente comprometida y eso parecía no importarle a nadie. En ese momento yo era supuestamente un integrante de la policía inteligente y me resultaba extraña esa situación de estar arrancando de ellos junto a una chica de la institución que no fuese Elect. 

En resumidas cuentas mi vida era la de un ser clandestino promedio, puesto que me podrían encarcelar en cualquier momento por traición a la patria o algo así.

Tampoco habían servido de nada las gestiones tanto de Reno como de Skhandt, por lo tanto podría decirse que me hallaba literalmente en un callejón sin salida.

Simplemente tomé mi teléfono y lo arroje por la ventana sin que Roniv se diese cuenta. El número de Jare me lo conocía de memoria y la iba a llamar apenas se me diese la ocasión. 

— Ahora sí —Dijo Roniv— Necesito explicarte una serie de cosas. ¡No puedo creer que sea yo quien tenga el honor de revelarte todo esto que va a cambiar tu vida! ¡Ya no estás muerto, Mak! ¡Estás más vivo que nunca!

No dije nada. Simplemente no podía decir nada, puesto que la clandestinidad era más o menos lo mismo que estar muerto.

— ¿Que pasa? —Me preguntó, mirándome como si yo fuese una persona de confianza para ella— ¿No te molesta acaso estar tan callado? Este viaje va a ser un poco largo. A todo esto ni siquiera me has preguntado dónde vamos.

Me demoré en responder. Me sentía agotado y cansado de tanta incertidumbre. 

— No se trata de eso.

— ¿Entonces de qué se trata?

Llevaba ya un buen tiempo reprimiendo mis emociones y mis preguntas producto de una inseguridad que estaba cansada de sentirse tanto así misma como algo tan asquerosamente intenso.

— ¡Para el auto, por favor! —Dije.

— ¡Olvidalo, Mak! Ahora menos que nunca vas a arrancar de mí. ¿A qué parte del mundo te gustaría irte a vivir y así empezar de cero? ¡Tendríamos unos niños preciosos, Mak!

Me decidí a ser yo mismo quien abría las puertas del copiloto a propósito de recordar que ella había arrojado su arma al río y que bajo ese concepto ella no era ninguna amenaza desde el punto de vista mortal. Sin embargo Roniv me tomó justo del brazo instantes antes de lanzarme yo mismo vehículo abajo sin medir ninguna clase de consecuencias.

— ¡No vas a ninguna parte, Mak! —Gritó, sin soltarme del brazo en ningún momento.

La puerta seguía abierta y el coche avanzaba a una velocidad increíble. Era de locos la situación, puesto que en eso de aferrarme a la inútil esperanza de salir de aquella tormenta yo ya estaba empapado y cambiando constantemente de escenario y aún así seguía lloviendo sobre mi cabeza.

— ¡Para el auto entonces! —Grité.

Roniv me soltó del brazo. Ya íbamos saliendo de la ciudad y la puerta del copiloto se cerró. Roniv detuvo el auto definitivamente y producto de un impulso volví a abrir la puerta, con serias intenciones de escapar de toda esa m****a de una puta y buena vez y así lo hice.

Estaba en medio de la nada y comencé a correr. Solo pensaba en despedirme de mi hijo, como fuese. Lentamente me iba alejando, pensando en entregarme o algo así.

— ¿Que haces Mak?— Me preguntó Roniv, intentando alcanzarme. 

No respondí, simplemente no podía. En eso ella me alcanza tras unas finas zancadas y me toma suavemente de la ropa.

— Vuelve al auto, Mak —Dijo— ¿Podemos conversar?

— ¿Conversar de qué?

— Necesito darte algunas explicaciones. No creas que me es indiferente lo que te ocurre o el como los demás han sido contigo durante el último tiempo. 

— ¿A qué te refieres a como los demás han sido conmigo?

— A como han sido contigo pues; Caks, Lerka, Elect, Javo, Mika, Sus, etc. Todo tiene un motivo, Mak, y ya deberías saberlo.

— ¿Quieres decirme que detrás de todo eso hay una explicación?

— Por supuesto que la hay, Mak. ¿Por qué crees que te he seguido todo este tiempo? ¿Por qué crees que decidí arrojar el arma al río? ¿Por qué crees que todas esas chicas querían acostarse contigo?

Roniv encendió un cigarro. Me ofreció uno y lo rechacé. Ella Insistió:

— ¿Volvamos?

— ¿Volver dónde? 

— Al auto pues, Mak. ¿O acaso quieres que la policía inteligente se de cuenta que nos estamos arrancando? 

No había mucho que pensar. Ya había logrado zafar de momentos difíciles varias veces y aún seguía vivo.

— Por la madre de tu hijo no te preocupes. ¡Ya está al tanto de todo!

— ¿Al tanto de qué?

— De que eres millonario, Mak. Ella sólo espera que estés a salvo para comunicarse contigo.

— ¿Millonario yo? ¿Por qué?

— Es una larga historia que tiene que ver con tú familia. ¡Tal vez te lleves la sorpresa más grande de tu vida!

No lo podía creer. En realidad no entendía hasta que punto un ser humano podía llegar a estar tan confundido como yo en ese momento de mi existencia. 

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