Mundo de ficçãoIniciar sessão。 ٬٬⌠ Claudia ⌡‧₊˚
El aire olía a óxido y humedad. Lo primero que sentí al abrir los ojos fue un dolor punzante en las sienes, un latido insistente que parecía querer partirme la cabeza en dos. Mi garganta estaba seca, áspera como si hubiera tragado polvo durante horas. Tardé unos segundos en darme cuenta de que estaba atada: los brazos sujetos a una silla metálica, los tobillos firmemente asegurados.
Un foco desnudo colgaba del techo, iluminando la habitación con una luz amarillenta que apenas alcanzaba a disipar la penumbra. Alrededor, solo paredes de cemento agrietado y manchas de humedad. El sonido de agua goteando en algún rincón marcaba un ritmo que se me clavaba en los nervios.
Mi respiración se aceleró. El pecho me dolía al subir y bajar co







