Por Edgardo
No entiendo porqué me comporté así con ella, si siempre me morí de deseo por su cuerpo y por su piel, si gocé con ella hasta el delirio e Irene no me provocaba nada.
Jamás estuve confundido sobre mis sentimientos.
-Lo sos, sos la mujer más hermosa del mundo y por la que siento y siempre sentí que viajaba hasta el cielo cuándo estamos juntos.
-No entiendo qué sucedió con nosotros, p
ero me cambiaste por esa mujer y no le encuentro una explicación lógica, no sé si nos envolvió la monotonía, no sé qué hice mal, pero no puedo más.
-Vivo por vos, amor, perdoname.
-Es evidente que no vivís por mí.
-Te lo juro, sin vos no puedo sobrevivir.
-Lo hiciste y hasta me cambiaste por esa mujer y no sé cuánto, pero debes haber gozado con ella, porque no lo hiciste solo una vez.
-Te juro que no sé porqué lo hice, pero no estaba bien con ella.
-Me tenías completamente, pero elegiste tenerla a ella, la deseaste, cambiaste hasta nuestras mañanas por estar unas horas con ella.
-No es así.
Me