Capítulo 95.

Narrador omnisciente:

En un principio el juicio parecía que iba a ser corto, pero no lo fue y se extendió durante tres días enteros. Paul permanecía posado con esposas de plata durante todo el tiempo. Eso lo debilitaba, pero no lo suficiente como para que no pudiese hablar. Se defendía con vehemencia, gritaba e incluso acusaba a otros. Otras veces, sin embargo, pedía piedad, cambiaba su versión una y otra vez. Poco a poco él mismo fue cavando su propia tumba. Ya nadie le creía y menos sentían lástima por él.

Every asistió a todas las sesiones. Se mantuvo firme y callada, permaneció en la sala como una mera observadora. No lloró ni una sola vez, incluso cuando Paul se atrevió a decir que lo hizo todo por amor. Ella se limitó a mirarlo sin ningún tipo de emoción.

Al final, el Consejo dictó sentencia.

—Paul será encerrado en la prisión de la manada, bajo estricta vigilancia las veinticuatro horas. Estará en aislamiento total, no tendrá permitidas las visitas y también t