Capítulo 27. Reencuentro en el bosque.

Narrador omnisciente:

El amanecer se filtraba entre los árboles cuando Elías y Hugo alcanzaron el límite del bosque. Llevaban horas siguiendo huellas, restos de sangre y ramas rotas que confirmaban que Luz y Clara habían pasado por allí. Ambos estaban agotados, pero ninguno lo reconocía. Habían peleado con más hombres de los que podían contar la noche anterior y, aun así, sabían que la batalla aún no había terminado.

El primero en detenerse fue Elías. Se agachó junto a una mancha seca en el suelo y la tocó con los dedos.

—Sangre —dijo con voz grave.

Hugo se acercó rápido, con el ceño fruncido.

—¿De quién?

—No puedo saberlo, no soy capaz de reconocer con claridad el aroma —contestó Elías—. Pero es reciente.

Hugo se incorporó con brusquedad, respirando hondo como si intentara contener la rabia. Desde que Clara había desaparecido de la sala junto con Luz, no había tenido un segundo de calma. La imagen de su hermana herida y la posibilidad