Capítulo 28. Sospechas y silencios
Capítulo 28. Sospechas y silencios.
Pov Clara:
Dicen que los secretos son como piedras en los bolsillos: al principio crees que puedes cargar con ellos, pero después de un rato ya caminas como un pato y no entiendes por qué. Yo ahora mismo tengo una roca del tamaño de un castillo metida en el culo.
La noche del ataque escuché a Marco, el guardia favorito de Hugo, el de la sonrisa fácil y los músculos de anuncio. Y no era nada bonito lo que decía: nombró a Henry y hablaba de abrirle la puerta a los que entraron. Lo escuché clarito, aunque juraría que preferiría haberme quedado sorda. Desde entonces me he callado.
No porque me guste acumular secretos (aunque confieso que tengo talento para eso), sino porque ¿cómo le digo a Hugo que su querido Marco podría estar jugando a dos bandos? Seguro que me mira como si me hubiera dado un golpe en la cabeza. Y yo ya tengo suficiente con los moretones como para que también piensen que me afectó al cerebro.
Así que sí, aquí estoy: callando, ac