Cap. 38 Invitación de boda.
Después de unirse a sus otros yo, Redsy miró a Carolina con una sonrisa.
—Buenas noticias, Carolina. Voy a concederte tu deseo. El club es todo tuyo —dijo, dejando un llavero con muchas llaves sobre la mesa—. Pero solo te pediré tres cosas.
—Primero, quiero que hagas firmar estos contratos a todas las chicas del club —dijo, colocando un montón de hojas sobre la mesa.
—Segundo, olvida todo lo que sabes de Ariadna y Yesica. Pase lo que pase, no digas nada sobre sus pasados.
—Tercero, no despidas a mis chicas. O mejor dicho… no despidas a mis súcubos. Puedes castigarlas, gritarles, regañarlas… pero no despedirlas.
—¿Aceptas? —preguntó Redsy, mirándola fijamente.
—Claro que sí —respondió Carolina, tomando las llaves con entusiasmo.
—Bien. En ese caso, nos vemos al mediodía para que conozcas a mis chicas —dijo Redsy, abriendo un portal y desapareciendo.
Carolina dejó de pensar en todo lo demás. Estaba feliz. Por fin… el club era suyo.
Redsy apareció en su portal personal del tesoro. En med