Cap. 27 El pasado de Ariadna parte 1.
Desde pequeña, Ariadna siempre tuvo un gran deseo de ser famosa, igual que esas actrices que aparecían en la televisión recibiendo premios y aplausos. Se imaginaba siendo querida, aclamada y adorada por todos. Al principio contaba con el apoyo de Rubén, su padre, y Karen, su madre.
Cuando tenía doce años, su madre dio a luz a su hermanita llamada Natacha. Ariadna la quería mucho. Su padre trabajaba de 8 a.m. a 8 p.m., y cuando ella llegaba del colegio, se encargaba de cuidarla mientras su madre se iba a trabajar desde la 1 p.m. hasta las 9 p.m. A esa edad, Ariadna ya sabía que el costo de vida en esa ciudad era alto. Solo tenían los fines de semana para compartir en familia. Aun así, eran felices.
Ariadna jugaba —o mejor dicho, practicaba— con su hermana a cómo ser una criada, una nodriza, incluso una madre, cuidándola y criándola bien, pues en el mundo de la actuación debía estar preparada para todo tipo de papeles.
Sus padres la apoyaban y le decían que siguiera su sueño, pero no fu