—¿Están seguros de que estaba por aquí? —dijo uno de los guardias algo confundido al ver que el distrito rojo estaba silencioso.

—Quedemos aquí a investigar, esto está un poco raro —dijo uno de ellos algo nervioso y sonriendo, pues había escuchado rumores de que estaban secuestrando a los hombres para mantenerlos cautivos por días, incluso semanas para tener relaciones sexuales, una fantasía que él quería experimentar. Además, seria también como una especie de vacaciones pagadas, pues podría culpar a las súcubos por su ausencia en el trabajo.

—¿¡Redsy donde estas!?, ¡tenemos ordenes de llevarte ante su majestad la reina Verónica! —dijo uno de los guardias gritando para que Redsy lo pueda escuchar en caso de que ahí este.

—Idiota ¿qué haces? —dijo otro guardia algo preocupado.

Una puerta se abre y sale una súcubo.

—"Ouahh" ¿Mmm? ¿guardias? —dijo ella bostezando mirándolos desde el segundo piso.

—Rápido corran yo la distraigo —dijo el guardia que quería ser capturado por las súcubos.

—H