Las luces neón capturan los confines del lugar, los reflectores, el olor a alcohol y el humo impactan de lleno mis sentidos, provocando que me duela la cabeza.
─Sam, ¿Raquel sabe que veníamos? ─Le hablo casi que gritando mientras caminamos hacia la barra del disco-bar.
─Por supuesto, la llamé antes de salir.
Tomamos asiento y pedimos un par de mojitos para cada una. Creemos necesitarlo, han sido semanas difíciles en la universidad, y lo que a mí respecta, últimamente siento que me asfixio con todo, quiero sexo, placer, adrenalina, lo que sea que pueda relajarme la noche completa.
─Verónica ─miro a mi amiga ─, el chico que está al otro lado de la barra no deja de mirarte, ¿lo conoces?
Me empino los mojitos uno tras otro para luego tomar valor y voltear. Busco con disimulo y me encuentro con Evans, un chico con quien tuve una pequeña aventura hace unos años atrá