Noche buena.
─ ¿Y?
Trago en seco y me limpio las lagrimas.
─Vamos cariño, di algo.
Miro la prueba casera de embarazo que acabo de usar y luego a Ricardo.
─Dio positivo ─musito.
─ ¡Sí! ─salta emocionado y también me carga.
─ ¡Me dejarás caer! ─grito y río a la vez.
─ ¡Me harás papá!, ¡seré papá! ─repite orgulloso y me arrebata la prueba ─. Vaya. Seré papá, no lo puedo creer.
Me muerdo el labio.
Pienso en las siguientes horas cuando nuestras familias sepan.
─No es seguro ─lo desinflo ─, aveces las pruebas se equivocan.
Me lanza una mirada de desaprobación.
─Mañana irémos por una prueba médica ─sentencia ofendido.
─Mañana es navidad, nadie trabaja.
─Entonces irémos después pero de que te harás la prueba, te la harás.
─Soy dueña de mi cuerpo.
─No vengas con ideologías feministas ─gruñe.
─Abortaré.
─Verónica.
─ ¡Deus, es broma! ─carcajeo ─. Oye, también estoy feliz, ¡Yuju, seré mamá!
─Le diremos a los demás durante la cena, ¿te parece?
─No es seguro aún.
─Dijiste que las pruebas caseras er