Capítulo 61.
Evelyn.
No sé si esto sea una ilusión a la que me aferro, pero al despertar la encuentro en el comedor, eligiendo la comida que quiere que le sirvan. Genzo y Rodolfo comen sin quitarle los ojos de encima, atiborrados con el banquete que prepararon.
—¿Seguro?— pregunta la reina y ver a Zev caminando de su brazo me hace darles espacio para que se sienten alrededor de la mesa.
En el comedor escucho las voces de los tres, respondiendo cuando mamá pregunta si mi hija conoce el cuento de las dos golondrinas, a lo que asiento. Con ese se dormía y por ello se lo recita, haciendo que Zev no aparte los ojos de ella.
—Y así encontraron el paraíso en la tierra— finaliza orgullosa. —Las golondrinas me gustan, pero más las ratas prisioneras y los conejos guardianes. ¿Conoce a mi conejo, alteza?
Rodolfo le acerca el conejillo manso que les presenta, mientras observo a los tres sintiendo aún el vacío que me deja toda la tarde pensando en los "hubiera" que jamás podré conocer.
Mis cinco "tal vez"