Evelyn.

—No comiences con lo mismo— corto a Corbin cuando quiere hacer el papel que presentamos en público. Evito el beso y subo a la camioneta con él viéndome en silencio. —Deberías agradecer que te deje siquiera estar cerca de mí.

—Es injusto. No hice la canallada de ese maldit0 y me juzgas como si hubiese sido así.

—¿Y lo sacas a flote para…? Porque no le veo la necesidad y lo haces cada vez que quieres— lo encaro.

—Lo van a ejecutar en unas horas.

Mantengo mi mirada sobre él.

—¿Lloro o le hago su cruz?

—Me lo acaba de informar Pellman— veinticinco horas después «cuanta influencia tiene» evito soltar mi ironía. —¿No te sorprende?

Me pide mucho.

—Quien juega con la CIAT es a lo que se enfrenta, ¿no?

Me escanea con la mirada.

—¿Lo hiciste tú?

—No me arruines más el día con la misma tontería— me giro hacia la ventana.

—Solo quiero saberlo.

—Para tí soy la culpable. Quédate con eso y no me jodas con lo mismo— espeto logrando encender la chispa de dudas en su mirada.