Logan.

Las visitas de Malkoren son lo que en otros contextos se podrían decir "indeseables", pero en el que me encuentro justo ahora, debería llamarlo como la peste que no necesito presenciar.

Aún así, en Raw mi palabra no vale. No es mi voluntad la que se cumple.

Me hacen caminar hasta la sala donde solo una mesa está en medio de los dos. Pues el hombre de traje gris, ahora solo me observa hasta que llego frente a él.

No hay mucho interés en él sobre nadie, salvo la familia que es un mito que exista, porque nadie la conoce, debido a su intento obsesivo de protegerlos. Así como esconde sus pensamientos, esconde lo que nadie quiere que vea.

—Que decepcionante es ver un elemento tan eficaz reducido a...esto— señala señalándome con la carpeta roja que sostiene en la mano. —Siempre he dicho que mis antecesores tuvieron suerte de no conocerte, y ahora lo reitero.

—¿Una declaración de amor?— me siento apoyando la espalda con aburrimiento. —Ahorre eso. Tengo suficientes.

—Tan repugnanteme