Capítulo 35.
Logan.
—¿Hago tu trabajo también, pedazo de inútil? —les dejo ponerme las esposas sin oponer resistencia—. Porque eso, contrario a lo que piensas… sí te queda grande. De ser diferente la pregunta sería respondida por tí mismo.
Hay un destello en su mirada. Lo veo dudar. Duda de lo que tiene sobre la mesa contra mí.
El hijo de perra sabe, en el fondo, que no sería tan idiota como para hacerlo todo y luego salir huyendo en un avión comercial. Pero las pruebas le dan lo suficiente para encerrarme.
Y eso lo quiebra. Porque si se equivoca, pierde autoridad. Si me encierra, y soy inocente, pierde su juicio. Pierde en ambas.
Así que se refugia en el disfraz más cómodo. El de ser imparcial. El de simplemente “juzgar”.
—Por cierto— los agentes se detienen junto a mí al escucharlo—, los análisis de sangre no revelaron nada. Estás limpio— revela. —No consumiste ninguna droga ni te inyectaron nada. Estás en pleno uso de tus facultades. Lo que sea que hiciste… lo hiciste consciente.
—Ahí h