Capítulo 21.
Evelyn.
—Cada vez que me miras de esa forma, me lo creo—, permanezco en silencio mientras las imágenes siguen corriendo en la pantalla. —Sé lo tonto que se ve que lo vuelva a decir, pero tú sabes mis sentimientos por tí.
Lo observo y simplemente sonrío con el pensamiento que me surge al escucharlo.
—Mi amor amor no tiene fecha de caducidad— reitera y asiento, dándole lo que necesita para seguir lo mismo que mis ojos ven. La pantalla donde mi actuación magistral da de hablar, pues "el amor" por mi marido se me desborda en los ojos.
Cuando te joden la primera vez, nada te parece igual. Por ello, ninguna palabra que involucre amor me hace perder el punto al que siempre apunto. Tal vez dañe como la infección que tanto detesto, o tal vez solo sea como ellos y haya simplemente encontrado la motivación justa para hacerlo con otros.
En cualquier caso, aprendí a simularlo mejor que nadie.
Las cámaras me aman. Los gestos suaves, la sonrisa dosificada, la ternura que practiqué fre