Gaynor Zuwen.

Ella se queda estupefacta, pero responde, elevando los pies, en lo que la alejo al sentir su estremecimiento.

—¿Eso querías averiguar?— la dejo al descubierto.

—¿Por qué hiciste eso?— se cubre la boca con los ojos exaltados.

—Si la mente ya lo creó, las manos también pueden y tu temblor decía más de lo que imaginas referente a lo que tu mente quería—, dejo de tocarla.

—Solo me preguntaba si...No te dije que me analizaras, te pregunté por qué haces cosas que no autorizo— se aparta a la columna que deja entre ambos, como si temiera que lo vuelva a hacer.

—Tómalo como la despedida a lo que no podré volver a hacer nunca—, aún puedo sentir el sabor de sus labios cuando respiro.

—¿Besar a una mujer?

—Hacer algo imprudente que muestre que algo puede gustarme hasta perder la coherencia.

Sus cejas se suavizan, bajando con lentitud entendiendo a lo que me refiero. No necesitas explicar algo tan explícitamente a alguien cuando es tan inteligente y ella ha demostrado que sobr