Capítulo 129.
Evelyn.
—¿Recuerdas la historia de las dos golondrinas? —pregunto, mi padre asiente, invitándome a seguir bailando con él. Mientras el último acorde del violín se disuelve. Iniciando una más que me pide disfrutar con él, rodeados de monarcas y ruido que se disipa.
Sonrío por inercia cuando aclara su voz, volviendo a ser el rey que siempre anclaba el tiempo para contarme esa historia.
—Dicen que dos golondrinas nacieron en el mismo nido, en lo alto de una torre donde el sol llegaba primero. —Mi infancia regresa junto a las noches donde relato lo mismo a mi hija. —Eran inseparables; volaban juntas, compartían el viento, y cada vez que una se detenía, la otra esperaba.
Nuestras capas se ondean cuando giramos.
—Hasta que un invierno las separó. Una de ellas quedó herida por la tormenta, incapaz de seguir el vuelo. La otra, entre lágrimas y viento, juró volver cuando el hielo se derritiera y partió con la promesa en el pecho. —relata. —La otra prometió que la esperaría, aun si el inviern