Capítulo 107.
Logan.
—Treinta segundos— avisan cuando nos detenemos. El agente asegura el bote, mientras nosotros actuamos como el equipo que no sabe quiénes los rodean. Salgo después de Revenant, dejando a Mason que pisa el muelle sin emitir un solo sonido detrás de mí.
—Rompe —ordeno.
Los tres levantamos el fusil al mismo tiempo. El muelle se enciende con la ráfaga inicial de los destellos anaranjados que iluminan las sombras, mientras mi nariz se impregna de la pólvora que desata la violencia.
El de la caseta no alcanza a soltar el radio; dos impactos le quiebran el pecho y su cuerpo se desploma contra el cristal que estalla en pedazos. Mason gira sobre el eje, disparando tres veces hacia los contenedores. El primero se dobla con la tráquea perforada, el segundo cae hacia atrás con el cráneo abierto, el tercero intenta cubrirse pero Revenant lo barre de costado con ráfagas controladas.
El eco de las balas se multiplica en el agua como truenos. Nos dividimos al instante, sabiendo cada u