Se supone que el asunto era bastante simple. Sabrina sería la esposa de Edward Snowden y sus obligaciones consistían en acompañarlo a eventos, reuniones, viajes de negocios si es que las circunstancias lo requerían. A pesar de eso, no podía evitar estar nerviosa y angustiada. Durante todo un año debería dejar a sus hermanas atrás y eso es lo que más le preocupaba.
Estaba en el aeropuerto, esperando abordar su avión con destino a la ciudad donde su "esposo" la esperaba. De pronto, escuchó por los parlantes que llamaban a abordar el vuelo 310 con rumbo a la ciudad de Los Ángeles. Era su vuelo, por lo que rápidamente se puso de pie y se encaminó al área designada para abordar.
Durante el viaje, sintió el estómago apretado. Realmente no sabía lo que le esperaría una vez que el avión aterrizara. Lo mejor para ella, era no hacerse espectativas de nada, de ese modo era mucho más sencillo poder lidiar con lo que estaba por venir.
Sabrina no contaba con dinero, solo iba con el pasaje de ida y