Extra: Pacto de sangre a futuro.
Donovan
Lo primero que veo al despertar es un brazo que me cubre la cara, y no es tan temprano como para estar aguantando esas mierd@s. Subí a darme una siesta porque el dolor en la espalda lleva días rompiéndome, y hoy apenas pude regresar, pero esa cosa que me cae encima no tiene ni la mínima intención de respetarme el descanso.
Al menos Kilian es más razonable.
La aparto con cuidado, intentando conservar algo de paz, pero enseguida su mano me cae de nuevo en la cara, como no fuera a aceptar un no como respuesta.
—Ya abriste los ojos, papi.
M@ldición.
La chiquilla salta sobre mi pecho sin medir consecuencias, las rodillas me golpean el tórax como si tuviera amortiguadores de repuesto, y en lo que intento quitarla de encima, sus manos me aprisionan el rostro para verme con esa maldit@ mirada verdosa que me permite ver la luz que no merezco, pero que me sigue iluminando cada vez que aparece.
—Levántate —me pega la frente como si fuera una maldit@ alarma humana—. Vamos, le