Disperso a mi gente en ella, me muevo con Fausto detrás mío, el cual saca un par de cuchillos que mantiene con la punta hacia atrás, tenso, a medida que nos adentramos, queda claro que sí están aquí.

Me devuelvo y escondo mi rostro en la esquina cuándo me veo de frente contra un grupo de al menos cinco tipos que se mantienen detrás de lo que parece ser el sitio de reunión.

—Entrar ahí será un suicidio. Ellos son Shadow— lo veo en silencio queriendo saber cómo sabe que lo son y gira el cuello mostrando una marca que alcanzo a distinguir en ellos.

Entiendo que matarlos será…una tarea difícil.

Lástima para ellos que no tengo la capacidad para aceptar que algo es imposible.

No hay tiempo para más, me pongo a la vista de todos y como pensé, me reconocen. Seguramente Ronald los hizo grabarse mi rostro.

Se alinean como si quisieran demostrar que nos ganan en número. Pero ese no es el problema.

El problema es lo que son.

Si estos hijos de perra son siquiera la mitad de lo que Sofía llegó