Capítulo 167.
Donovan
La aeronave se eleva y sólo puedo tomar la botella con agua que me alcanzan, mientras mis ojos la buscan a ella, mirando que no pierde la agilidad en las armas que elige. No necesita que nadie le diga cómo o con qué. Lo ha hecho antes. Lo ha hecho mil veces. Y como si haber sido entrenada por Phoenix no hubiese sido suficiente, ahora tiene un nivel de entrenamiento que la hace destacar mucho más.
Se cuelga el rifle en el hombro, ajusta su abrigo y se gira, viéndome también. Uno de sus ojos se cierra y sólo giro la mirada ante la mueca infantil. Algo que ya no espero que cambie.
Suelto la botella. El sabor a metal me da asco. No quiero agua. Quiero sangre.
Me acerco a la ventana, donde la carretera se arrastra como una víbora negra. Los autos avanzan rápido, saben que están huyendo, aunque no sepan de qué. Esos no importan. Pero los que se ven en el horizonte, sobrevolando al igual que nosotros sí. Las luces parpadean como si fueran estrellas falsas… y las distingo todas.
—D