Por Sergio
-Busco a las nenas y me voy a un hotel.
Dice Carolina y con esas palabras estoy casi ofendido.
Quiero brindarles todo lo que tengo y Carolina no se da cuenta.
-No Carolina, venís a casa y te quedás esta noche conmigo, Andrea, si querés...
-No te preocupes, ella tiene resuelto su alojamiento.
Dice Omar.
-Las niñas necesitan su pijamas.
-Compramos algo por internet y que mañana falten al colegio.
-Pero yo tengo que terminar de preparar un alegato.
-Se quedan en casa con mi nana.
-Gracias.
Cuando llegamos a mi casa, las pequeñas, saltaron sobre nosotros, nos querían abrazar a los dos juntos.
Habían hecho una torta rosa, mi nana es increíble y las chicas la adoran.
-Tenés una casa muy bonita, pero no encontré ningún bunker.
Dice Priscila que estuvo husmeando por las habitaciones, a Carolina no le gustó que pasee por la casa, a mi me encantó que se sienta cómoda y también que sea curiosa.
-No hace falta ninguno acá.
-¿No?
Preguntan las dos asombradas.
-No y les tengo una sorpre