Por Carolina
Estábamos en casa con Andrea, ella parecía inquieta.
-Voy a salir con Omar.
-Te veía inquieta.
-Es que no me gusta que te quedes sola.
-Amiga, tranquila... Voy a revisar un caso y adelantar trabajo.
-Acordate que tenés dos custodios afuera.
-Tranquila, voy a estar bien.
Suena el timbre y era Omar.
Los dos me miraban de forma rara.
-¿Vas a estar bien?¿Querés que nos quedemos?
-No, Omar, ya le dije a Andrea que voy a revisar un caso.
-Caro, es viernes por la noche.
-Y me entretengo.
-¡Es trabajo!
-A lo mejor miro una película, vayan tranquilos.
-No te preocupes si no vuelvo.
Dice mi amiga, mientras me guiña un ojo.
Se fueron, parecían preocupados, aunque no sé si esa es la palabra correcta.
Comí un sandwich y tomé una gaseosa, ya había revisado parte de los alegatos.
Cerré mi computadora y estaba por ver una película cuando sonó mi celular, era Andrea.
Al principio no entendí lo que decía, parecía estar llorando.
-Sergió tuvo un accidente, está internado, vení ya.
Dice y sí