Alina
El choque de sus cuerpos resuena en el aire, un retumbar sordo desgarrando la habitación mientras Damon y Caelan se enfrentan con una violencia brutal. Estoy pegada a la pared, con la respiración entrecortada, el corazón latiendo a un ritmo frenético.
Damon empuja a Caelan con tal fuerza que el suelo tiembla bajo mis pies. Caelan se ríe, limpiando el hilo de sangre que brota de la comisura de sus labios.
— ¿De verdad crees que puedes vencerme, Damon?
— Voy a hacer mucho más que eso.
Damon se lanza de nuevo, sus colmillos brillando en la penumbra. Caelan esquiva el golpe por poco, replicando con una ráfaga de garras que se clavan en el costado de Damon. Gruñe, pero no flaquea. Sus ojos brillan con un destello dorado, la rabia y la posesión entrelazándose en su mirada.
Siento el dolor en mi propio cuerpo, el vínculo entre nosotros vibrando con el eco de sus heridas.
— ¡Deténganse!
Pero mi voz se pierde en el estruendo de la pelea.
Damon golpea a Caelan con una fe