En el edificio central de Santacruz Tech, José Manuel revisaba los informes sobre la mesa de su oficina. La noche anterior apenas había dormido, pero no podía permitirse el lujo de detenerse. El proyecto que estaban desarrollando podía marcar un antes y un después en la industria, y él no pensaba dejar pasar la oportunidad.
Frente a él, un equipo de ingenieros y desarrolladores esperaba sus instrucciones.
—Nuestro objetivo es claro —dijo con voz firme—. Vamos a crear un sistema que revolucione la automatización industrial, un software que no solo optimice procesos, sino que aprenda y se anticipe a las necesidades de producción en tiempo real.
Uno de los ingenieros, Marcos, asintió y tomó la palabra:
—Hemos estado evaluando diferentes modelos de inteligencia artificial. Creemos que si combinamos redes neuronales con aprendizaje profundo, podremos desarrollar un sistema que se adapte y mejore su rendimiento constantemente.
José Manuel asintió.
—Exacto. Necesitamos que nuestro sistema se