— ¿En qué momento no las he cumplido? Traje a Madison a vivir a está mansión, le di lujos que nunca antes había tenido y solo soñaba, salvé a su familia de la quiebra e incluso la casa de su padre la puse a su nombre…
Andrés en ese momento se miró confuso, sacudió su cabeza intentando recordar en qué momento había hecho tal cosa y solamente sintió desprecio hacia Madison.
— Sabes bien que no me refiero a eso, deja a Sarah en este momento y se un marido ejemplar, no quiero saber que te andas revoloteando por todos lados con esa mujer en vez de hacerlo con Madison, tu esposa y la madre de tus hijos no nacidos.
— No tienes el poder sobre mí para hacer eso, ¿Con qué me vas a amenazar? Te recuerdo que firmaste los documentos para que yo me hiciera cargo de los negocios, no pienso dejar ir a Sarah, una vez la creí muerta y ahora que ha regresado a mí no voy a soltar su mano así se oponga tú o el mundo entero.
Andrés dejó a sus padres con la palabra en la boca y miró que Madison había escuch