Madison Benett de solo 19 años de edad se ve forzada por su padre a comprometerse en 3 días y casarse en un mes ante una crisis económica que enfrenta su familia. Ella se rehúsa ya que tiene un novio y los planes de matrimonio no están incluídos por el momento. Andrés King es un hombre de negocios que donde quiera que vaya y cualquier contrato que firme es convertido instantáneamente en oro, el Midas del siglo 21 es apodado justo por eso. Las vidas de estas personas se verán enlazadas por un contrato de matrimonio en el que ambos van a tener muchas dificultades pero aprenderán el uno del otro y que las apariencias engañan terriblemente, se darán cuenta que se equivocaron al juzgar al otro sin siquiera darse la oportunidad de conocerse.
Ler mais— Tienes que casarte lo antes posible, Madison
— Papá, ¿Qué dijiste? —ella pensó que había escuchado mal.
El anciano dobló su periódico sin rumbo, sin levantar la mirada.
— Tienes que aceptar el compromiso en tres días y la boda en un mes.
La forma como su padre le dió la bienvenida hizo a la chica trastabillar, sintió como si le dejaran caer agua hervida.
— Pero, ¿Cómo puedo casarme ahora mismo? Yo...
El anciano le interrumpió,y siguió con toda seriedad.
— Escucha Madison, no es una petición la que te estoy haciendo sino que es una orden, las cosas en la empresa no se encuentran bien y estamos a punto de quebrar.
No fue hasta que levantó la cabeza y vio a su padre mirarla con ojos serios durante un rato que se dio cuenta de que esto realmente podría pasar, que su padre podía encontrar a cualquier hombre que la obligara a casarse
— Pero papá, es imposible, ¿Estás loco? seguramente vas hacer conmigo lo que hiciste con Ana, no pienso seguir los mismos pasos de mi hermana mayor
Vino a su memoria una especie de déjá vú, y las lágrimas de Ana cuando supo del compromiso con su esposo adinerado. Sospechaba que su padre no quería a su hermana, y mucho menos a ella.
— Cállate, sé que necesitas algo de tiempo para conseguirlo, así que estoy aquí para avisarte con anticipación.
— ¿Si a los tres días de supuesta anticipación es suficiente para encontrar un esposo? Te lo digo oficialmente, no lo aceptaré
— Tu prometido no será ese pobre chico que desprecio, eres demasiado joven para saber lo que es un buen compañero de matrimonio. Escúchame Madison, yo te...
— ¿Entonces me vendiste? ¿Es así, papá?— la joven le interrumpió a su padre.
— El que se casará contigo será el hijo de mi socio. Es un hombre de negocios muy exitoso. Se llama...
—No me interesa ,Papa. ¿El significado de mi vida es que tú la vendas como un objeto por dinero? ¿No es suficiente que le hicieras algo así a la pobre de Ana. ¿Tienes que hacer lo mismo conmigo?
— ¡Cállate! ¡Niña ingrata! Me debes obedecer y agradecer por todas las comodidades que te he dado,
— ¿Agradecida? Papá, ¿Alguna vez has estado agradecido con mi madre? Ella nos dio a luz a mi hermana y a mí, luego murió, ¿Nos trataste mejor a nosotras después de eso? ¡La verdad es que en absoluto no lo hiciste!
El anciano se enfureció ante la atrevida contradicción de su hija y la fulminó con la mirada. Estaba claro que ofrecía las mejores condiciones y trabajaba día y noche para hacer por fin más grande la empresa.
Sin embargo, Madison lo ignoró y siguió:
—¡No te importa mi vida, mi amor, mis amigos, mis gustos! ¡Siempre estás ausente cuando más te necesito! Crees que el vacío se llena con dinero, viajes y lujos; ni siquiera me conoces por completo, lo único que tuve fue a Ana y con el tiempo hasta eso me quitaste. Prefiero estar tres metros bajo tierra antes que estar casada con un hombre que no amo y ni conozco.
El viejo no pudo aguantar más.
— Cállate, no te crié para que desobedecieras mis órdenes. Te guste o no, ¡En tres días debes estar comprometida!
Madison vio que su padre no quería cambiar de opinión en absoluto y que debía de haber hablado de malas maneras, así que suavizó el tono.
— Papá, entiendo que no debió ser fácil quedarse viudo y con dos niñas que aún necesitaban de su madre. Siempre te admiré por habernos sacado adelante con todos los retos que significaba educar a dos mujeres siendo un hombre, por favor te pido que no me obligues a casarme con un hombre al cual no amo y ni siquiera conozco. Escucha, a mí no me importa ser pobre, solo deseo ser feliz.
— Eso dices en este momento, la vida es dura Madison y cuando el hambre entre por la puerta ten por seguro que vas a desear hacerme caso. Lo que te dije fue un aviso, no voy a cambiar de parecer y punto final.
Toc, toc, toc. Un golpe en la puerta interrumpió el deseo de Madison de seguir discutiendo con su padre, ella iba a ir a abrir la puerta sin embargo fue detenida por el señor Benett. Varios hombres vestidos con trajes impecables se encontraban afuera.
— Vuelve a tu habitación, tengo asuntos importantes que discutir.
— Sr. Benett, debe empacar y entregar la casa por adelantado, hemos encontrado un comprador, ¡Todos los artículos de la casa deben empacarse dentro de los tres días!
[...]
La puerta se cerró muy fuerte, el señor Benett trataba de procesar todo lo que sucedía mientras su hija mayor, Ana, regresó a casa, lo veía con preocupación.
— Hola papá. ¿Has hablado con mi hermana? Quise venir ya que sabía muy bien que hoy le ibas a hablar del compromiso.
— Me fue mal hija — él se pasó las manos por su cabeza en tono de frustración — tu hermana me dijo que no se va a casar, que prefiere estar tres metros bajo tierra antes de hacerlo.
— Te dije que no era buena idea que hicieras eso pero no me quisiste hacer caso, bien sabes que tu rivalidad con Madison es demasiado grande y hay vas a tirarte de cabeza.
— Trata tú de hablar con ella, Madison te escucha y te quiere demasiado — él tomó las manos de su hija — por favor hazlo, todo esto es por su bienestar ya que no quiero que pase por ninguna escasez como la que pasé yo cuando estaba iniciando con mi fortuna.
— Papá, es cierto que Madison da una imagen de niña caprichosa pero no es así, si tan solo te dieras la oportunidad de conocerla lo sabrías bien.
El viejo Benett asintió en silencio sin abrir la boca. La hija mayor entendió todo y veía como el hombre fuerte que había visto a lo largo de los años quedaba reducido a un pobre tipo completamente indefenso, le dolía ya que a pesar de sus constantes discusiones lo quería demasiado.
Por otra parte, Madison se fue de la presencia de su padre, al subir a su habitación miró los libros que estaban en el escritorio. Su papá vivía tan ensimismado en su trabajo que ni siquiera sabía que ella estaba estudiando en una buena universidad e incluso gozaba de una beca completa.
El señor Benett masajeó su cabeza y respiró profundamente, miró un retrato que colgaba en la chimenea de su casa, estaba una mujer con una niña de aproximadamente cinco años y a su lado se encontraba él.
— No tienes idea como te extraño querida, tú siempre tenías las palabras correctas en momentos como este. Me siento tan solo a pesar de estar con Madison, ella es demasiado rebelde aunque eso solo aplica para mí, quiere a su hermana mayor a pesar que habla de forma tan despectiva.
Suspiró pesadamente y tomó una tablet, ahí salían las ventas tan bajas que había tenido en los últimos meses, estaba claro que vender la casa, a pesar de ser insolvente, no era una buena opción en ese momento,así que canceló el trato...
Madison estaba en la casa cuando miró que Anelisse entró con su gran barriga mientras cargaba unas maletas, ella desde que salió embarazada se mudó a una casa que quedaba en la misma villa de los King y ahí disfrutó de todas las comodidades posibles.— ¿Qué sucede, Anelisse? — ella tomó la maleta y miró el estado de la mujer — por un demonio, ¿Ya es momento?— Si, le he dicho a Nick y se puso como loco. Salió rumbo al hospital y yo me encuentro aquí, por favor llévame al hospital, Maddison.— Hijo de tigre nace rayado — Madison puso los ojos en blanco — ¡Andrés! Ven que tus nietas están a punto de nacer.Andrés al escuchar tal noticia salió disparado, él cargó a Anelisse y se fue con ella rumbo al hospital. Mientras se encontraban en el semáforo miró a su hijo y su hijo lo vió, esto fue un déja vú por completo para Madison y se limitó a sonreír.— ¡Nos vemos en el hospital, hijo! Andrés arrancó el carro y cargó con Anelisse, todos ellos vieron como Nick entró disparado a la sala de l
— ¡Salud! — Madison brindó con los demás — muchas felicidades Nick, por tu compromiso, Annalise bienvenida a la familia. Nick había crecido unos años y se miraba feliz al lado de su prometida que tenía un anillo con una piedra bastante prominente, los gemelos ya no se trataban de aquellos niños, ahora eran unos adolescentes que cuidaban a su hermana menor.— Gracias Madison, no esperaba que Nick me pidiera matrimonio tan rápido. Al ver su propuesta no pude decir que no, fue todo muy romántico a pesar que él no lo es.Annalise festejó con todos y al caer la noche se fueron, pero ella no fue la única en salir, Aria se encontraba bien arreglada con ropa de fiesta y Arián usaba un traje semi formal.— Por favor no amanezcan en la discoteca — Andrés miró a Aria — te lo digo especialmente a ti, cuando tu hermano diga que es hora de irse le haces caso.— Si papá — ella le dió un beso — no se preocupen, vendremos a las dos de la mañana como lo habíamos pactado. Ellos salieron en el carro de
La mansión estaba decorada con globos y habían muchas actividades pensadas para los niños, Alana bajaba de los brazos de sus padres y sonreía mientras mostraba la ausencia de unos cuantos dientes. El número cinco era elevado por todo lo alto y muchos niños correteaban alrededor de la lujosa villa.— Hola mamá — Aria abrazó a su madre — ya he acomodado a los nuevos invitados, todos están preguntando por mi hermana.— Gracias cariño, ya nosotros nos hacemos cargo del resto. Ve a hablar con tus amigos.Madison ahora era una mujer mayor, ella a pesar de verse de cierta edad aún conservaba la chispa que la había caracterizado de joven.— Les agradecemos a todos que se encuentren aquí el día de hoy. Como sabrán, es el cumpleaños número cinco de nuestra hija menor, aunque Alana no sería la única celebrada, como algunos saben mi embarazo era de dos pero mi pequeña Anya decidió adelantarse para en un futuro abrirnos el camino cuando nuestro momento llegué. No obstante, en esta ocasión la trist
El faro que tiempo atrás había sido visitado por Madison y Andrés, nuevamente tenía su presencia pero en esta ocasión no iban solo los dos sino que sus hijos se encontraban con ellos.— Hace dos años estábamos aquí, ¿Lo recuerdas? Ahora volvemos a venir y con la alegría de que nuestros hijos están a nuestro lado.— Si, incluso siguen los candados aquí puestos — Madison los tomó con afecto — permanecen igual de fuertes que nuestra unión, a pesar de todo lo que pasamos y los malos pronósticos de los demás.— Así es, ahora los niños están más grandes y Aria logró madurar tanto que me parece increíble. Dejó de lado aquella faceta de pequeña mimada.— ¿La dejo de lado? — Madison miró a Andrés con ironía — por favor, sigue siendo igual de mimada. Aunque tengo que reconocer que nuestra hija tiene un corazón lleno de bondad.Alana era cuidada por sus dos hermanos mayores, Aria y Arián se habían convertido en unos pequeños jóvenes muy educados y que saludaban a todos con una educación impecabl
El llanto del bebé resonó en la prisión, Arabela caminaba con tanta autoridad que todos se sentían intimidados por ella, la mujer con labial rojo alzó su cabeza y mostró uno de sus ojos.— Denme a la criatura, es mi sobrino. Aquí tiene los documentos necesarios.Andrés había sido notificado y aunque él no pensaba asistir, le dijeron algo que no solo hizo que fuera sino también que llevará a Nick.— No los dejaré solos — Madison se subió al carro — vamos, los niños quedaron a cargo de Kathleen y el señor Sergei.Una vez que los tres estuvieron en la prisión fueron directo a la enfermería, Sarah se miraba bastante mal y con dificultad alzó la cabeza.— ¿Qué hace ella aquí? Mejor digo, ¿Qué hacen ustedes aquí?— Ni siquiera al borde de la muerte cambias tu actitud, me parece increíble, Sarah. — Largo y déjenme aquí, no quiero su lastima. Todo lo que hice lo disfruté, no tienes idea lo mucho que me alegró saber que perdiste a una de las bastardas que tu mujer esperaba — ella rió de maner
El vestido rojo de Madison sobresalía en el evento, ella saludaba amablemente a los invitados y miraba como Rose inauguraba su primera tienda. — Felicidades cariño — ella la abrazó y le dió un beso en cada mejilla — en definitiva la boutique te quedó preciosa, tienes mucho talento. — Gracias, te quiero presentar a alguien — Rose la acercó a una mujer curvilínea — te presento a Samantha Petrova, ella es una diseñadora que vino desde Canadá ya que le interesó hacer una colaboración conmigo, me dió ideas fantásticas para la línea de maternidad. — Hola, mucho gusto — Samantha le dió la mano a Madison — he escuchado muchas cosas de usted y de sus hijos, es muy afortunada al tener una cuñada que la quiere tanto. — ¿Acaso su cuñada no la quiere? — No tengo cuñada, mi esposo es hijo único, él se encuentra por allá — ella señaló en dirección a Vlad — supongo que habla con su esposo. — Así es, tengo que reconocer que su esposo es bastante apuesto. — Y el suyo no se queda atrás, pero ning
Último capítulo