—¿Otra vez me visitas? —Nataniel abrió los ojos con sorpresa al ver a Ameline visitarlo una vez más, la tercera vez ese día y como la decimosexta vez desde que regresó de su viaje hace ya una semana.
—L-lo siento, es que… quería que habláramos por fin de lo de la prueba de paternidad —dijo ella acercándose a él y sentándose a su lado en el sofá.
—Pues ya intentamos hablar de eso varias veces. —Nataniel suspiró, pasándose la mano a través de su cabello ya de por sí despeinado, despeinandolo aún más—. Dijiste que debías pensar mucho, y luego está la actitud de Emma… que yo ya te he advertido que no creo que debamos confiar en ella. Y todo este plan depende de algo que Emma te dijo, lo cual me da cero confianza, ya sabes.
—Pero incluso si todo esto es porque ella quiere deshacerse de mí porque piensa que sería una mala señora Rinaldi o lo que sea, su objetivo no choca con el mío. —Ameline bufó—. Podemos simplemente usarla porque nuestro objetivo es el mismo al final: que yo me largue