Ameline estaba sentada en la mesa de la cafetería mientras observaba a Laura, Clara, Rachel, Sofía, Beverly, Marta y Ellen, cuyas risas y planes llenaban la mesa con una energía vibrante.
Laura se inclinó hacia adelante, sus ojos oscuros brillando con determinación tras aceptar ser la elegida para conquistar y dejar a Claus Vidertti.
—Chicas, ¿saben qué? —dijo Laura, su voz cargada de entusiasmo mientras jugaba con un mechón de su cabello—. Podría empezar hoy mismo. Según los artículos que vimos, Claus frecuenta el bar Eclipse mucho, quizás tenga suerte o quizás no, pero me gusta ir de fiesta de todos modos, je. Iré esta misma noche, a ver si lo encuentro. Y si no está, igual me divertiré y charlaré con la gente del bar. Alguien debe saber algo sobre él, ¿no?
Ameline parpadeó, sorprendida por la rapidez con la que Laura tomaba las riendas. Clara, con su vestido negro ajustado, aplaudió con una sonrisa traviesa.
—¡Esa es mi chica! —dijo, su tono lleno de admiración—. Ve y deslúmbralo