—Alina, ¿estás bien? —le pregunto cuando estoy frente a ella. No tardo en agarrarla de los brazos e inspeccionarla con los ojos—. ¿Dónde está Oliver? —Lo busco detrás de ella. Arrugo la nariz al no verlo ni siquiera a la distancia—. ¿Qué sucedió? —le cuestiono con ansiedad.
—Oh, Eli… —Posa sus manos en mis hombros y me aparta de ella mientras sacude—. Oliver… Oh, lo siento.
Me alejo más de ella y la observo ceñuda.
—¿Qué pasó con Oliver?
Desvía la mirada y suspira.
—Eli, será difícil para ti procesarlo. —Se muerde el labio.
En ningún momento me mira a los ojos. ¿Por qué? A ella le encanta mirarlos sin importar lo que ocurre.
Entrecierro los ojos y la intimido con ellos hasta que levanta los suyos. Los contemplo d