Capítulo 186.

La miraba dormida allí y no podía creer lo cerca que estuvo de perderla para siempre.

Usualmente, cuando se enojaba o cuando lo sacaban de quicio, golpeaba su cuerpo contras las paredes, destruía sus nudillos… pero jamás se quejaba de las consecuencias de esos golpes, porque, aunque dolían, más dolía la rabia que nacía en su pecho, aunque, en el instante en el que creyó que Adalia había muerto, se golpeó para matarse él también, para que la vida lo abandonase de la manera más brusca, por ello, por ejercer más fuerza mientras se agredía a sí mismo, era que en aquel instante sus nudillos dolían tanto, tanto que no podía ni siquiera sostener con firmeza los mechones del cabello de la muchacha.

—Doscientos treinta y tres —susurró, pasando una hebra hacia delante—, doscientos treinta cuatro —continuó, pasando una próxima hebra del cabello de Adalia hacia adelante.

Cuando alguien no podía dormir, se ponía a “contar ovejas” Derek hacía lo mismo, pero en su versión,

Cuevasb09

La persona con la que Derek habla, es la misma persona con la que Adalia se encontró en el bosque.

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